La Junta extremeña podría replantearse la expropiación de tres fincas
LA Junta de Extremadura se replanteará de nuevo la expropiación de las fincas Vakro, El Verdugal y Las Aguijuelas, que ya fueron expropiadas a finales del pasado mes de mayo, si se prolonga la resolución por parte del Tribunal Supremo de los recursos que han presentado los dueños de los terrenos contra las sentencias de la Audiencia Territorial de Cáceres.
El consejero de Agricultura de la Junta de Extremadura, Francisco Amarillo, defendió ayer en Madrid la legalidad de las tres expropiaciones de fincas llevadas a cabo por el Gobierno autonómico. La Junta tiene interpuestos recursos de apelación al Tribunal Supremo, en los que se mantiene que no se ha vulnerado el derecho a la defensa y que se ha respetado el principio de legalidad, según explicó el abogado José María Mohedano.El consejero de Agricultura recalcó que las leyes están para cumplirlas y que las resoluciones de la Audiencia de Cáceres se basan en todos los casos en defectos de procedimiento formal, pero no cuestionan la naturaleza de las expropiaciones.
En lo que se refiere a la primera, la más controvertida, propiedad de la herrnana de la familia Falcó, Francisco Amarillo recordó que ya fue sometida a expropiación en 1955, en pleno franquismo, por incumplimiento de planes de mejora que eran más exigentes que los actuales. La propiedad, dijo, "después de 31 años de incumplimientos reiterados, no puede argumentar seriamente que todo se debe a una persecución política por parte de los socialistas".
A lo largo de los. expedientes se ejercitó el derecho de. audiencia y en todo caso, añadió, "se trata de la aplicación de una ley existente [la ley de Fincas Manifiestamente Mejorables, aprobada por el Gobierno de UCD], y las leyes están para cumpirlas". Afirmó además que las medidas de la Junta han tenido como efecto positivo la intensificación de las inversiones en el campo extremeño.
Francisco Amarillo se refirió también a los objetivos de la reforma agraria emprendida en Extremadura, acordes con la realidad del último tercio del siglo XX, que "no tiene nada que ver con esa asociación a Pancho Villa que mucha gente hace". "Se trata", explicó, "de un impulso modernizador, que intenta aproximar la empresa agraria a la industrial, a pesar de las fuertes diferencias entre estos dos procesos".
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