El fiscal Emilio Valerio Martínez, apartado de las investigaciones sobre la 'mafia' policial

El fiscal Emilio Valerio Martínez de Muniáin, de 29 años, fue relevado el sábado de su puesto de fiscal encargado del Juzgado de Instrucción número 4 de Madrid. La decisión partió de su superior inmediato, el fiscal jefe de la Audiencia de Madrid, Fernando Jiménez Lablanca, debido a que Valerio había actuado recientemente al margen de su superior jerárquico. Valerio, Martínez conoce extraoficialmente su cese, aunque ayer aún no había acudido a la fiscalía de Madrid para recibir la notificación de su cambio de destino al juzgado de San Lorenzo de El Escorial (Madrid).

Valerio Martínez actuaba como fiscal en el caso del superatraco al Banesto en el que el botín ascen dió a 1.200 millones de pesetas y en el que están presuntamente implicados varios inspectores de policía.Esta causa se halla relaciona da con los casos de la corrupción policial y de la desaparición de Santiago Corella, el Nani, que se tramitan, en Santander y Madrid, y en los que Valerio Martínez no tenía. competencias.

El fiscal Martínez de Muniain había adoptado recientemente varias decisiones en relación con el caso del superatraco al Banco Español de Crédito (Banesto), que instruye el juez Luis Lerga entrelas que destacaba la retirada de la petición de procesa miento de los policías implicados en el asunto. Fuentes jurídicas apuntaron que "Valerio se había entusiasmado" por una hipótesis sobre los casos de Banesto, El Nani y la corrupción policial, y había despreciado las otras líneas,de investigación, incluida la más probable, a la vista del contenido del sumario.

Consulta informal

El pasado Jueves, Valerio fue llamado urgentemente por el fiscal jefe Jiménez Lablanca para tratar siabre las decisiones que había adoptado en el caso del Banesto y el retraso que llevaba en el resto de los asuntos del juzgado.Al día siguiente de esta reunión, viernes, Valerio Martínez acudió a consultar al teniente fiscal del Supremo, Cándido Conde-Pumpido por su mayor experiencia, en su calidad de compañero veterano. En esa reunión informal expuso la hipótesis citada, que ya era conocida por algunos de sus compañeros, y la consideraban inconsistente.

El teniente fiscal le pidió que le expusiera los datos por escrito en un informe particular para examinarlos. Cándido Conde-Pumpido insistió en el carácter no oficial del informe, pues de lo contrario tendría que ser presentado a través del superior jerárquico.

Valerio preparó el informe durante el fin de semana y lo entregó ayer por la mañana. El teniente fiscal le prometió, que lo estudiaría y que en caso de que hubiera algún aspecto que pudiese merecer la intervención del fiscal, lo comunicana a la Fiscalía de Madrid para que se adoptaran las medidas oportunas.

Emilio Valerio Martínez no quiso hacer manifestaciones al término de su reunión con el teniente fiscal, aunque con anterioridad, a preguntas de un redactor de este periódico, había confirmado que el informe era "un vuelco total en la línea de investigación seguida en el sumario" y podría "sentar las bases para una querella criminal".

Dudas

Algunos fiscales de Madrid y abogados que siguen el sumario del caso Banesto pusieron en duda la solidez del informe y señalaron que recientemente Valerio Martínez había comentado la posibilidad de que todos los casos de la corrupción policial y la desaparición de El Nani fueran un inontaje en contra de la policía. El fiscal se mostraba entusiasmado con esa teoría y en opinión de alguno de sus compañeros, podría estar siendo intoxicado, dado su carácter, que las mismas fuentes califican de "influenciable".Dos de los abogados que están personados en los casos de cerrupción policial, el atraco a Banesto y la desaparición de Corella, no se mostraron sorprendidos por el relevo de Emilio Valerio Martínez en el sumario. Estos abogados precisaron que algunas de sus peticiones al juez habían sido extrañas y no tenían un fundamento en ninguno de los aspectos del sumario. Concretamente se referían a la investigación de las actividades de dos políticos por la proximidad geográfica de su despacho con la sede del banco atracado.