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La humedad obligo a reforzar las cubiertas de miles de bidones con residuos radiactivos en el cementerio nuclear de El Cabril

Ignacio Alonso, de 33 años, director del cementerio nuclear de El Cabril (Córdoba), centro que ha sido visitado por un enviado especial de este diario, admite que un proceso de corrosión debido a la humedad obligó a trasladar y reforzar miles de bidones, que contienen residuos radiactivos de baja y media actividad, desde la mina Beta, donde se hallaban inadecuadamente almacenados desde hace 25 años, hacia el exterior de las instalaciones. El presidente del CDS de Badajoz afirma que ha crecido el índice de mortalidad en Azuaga, a 34 kilómetros de El Cabril, donde, según denuncia sin mostrar pruebas, merodearon camiones franceses.

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La humedad proyectó sus efectos corrosivos sobre numerosos bidones almacenados en una vieja mina enclavada en El Cabril. Muchos de esos bidones fueron depositados allí tras una fuga radiactiva que en 1971 contaminó huertas de las vegas de los ríos Tajo y Jarama.Según una fuente de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, Enresa, propietaria de las instalaciones de El Cabril, la humedad es de origen endógeno, procede de los líquidos embidonados junto a los productos hortícolas contaminados entonces y almacenados luego. A su juicio, la humedad no es exterior ni ambiental, no procede de las paredes o del suelo de la mina.

Sin embargo, la intensidad de la, oxidación sufrida por los bidones, algunos de los cuales se han visto combados o deformados, permite pensar en una humedad de ambos tipos. Los residuos radiactivos afectados, que se hallaban en recipientes de 220 litros, han pasado a otros nuevos, de 400 litros de capacidad. Enresa persigue almacenar en las instalaciones exteriores de El Cabril los 735 bidones que aún permanecen en el interior de la mina donde resultaron corroídos.

Por otra parte, el aumento estadístico anual del número de muertes en la localidad de Azuaga, en el límite de Badajoz con Córdoba, que creció de 97 casos en 1980 a 142 fallecimientos en 1985, ha reavivado una antigua polémica sobre el cementerio de residuos radiactivos situado en El Cabril, próximo a Azuaga, en la sierra de Albarrana. El Centro Democrático y Social (CDS) pacense insinúa una relación de causa a efecto entre la presencia de las instalaciones de El Cabril y el aumento de la mortalidad. La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), responsable de las instalaciones, considera plenamente falsa tal conexión.

La polémica, que halló su máxima intensidad en Badajoz y un eco reducido en Córdoba la semana anterior, se inició el pasado día 5 de junio. Práxedes Vera Camacho, juez accidental de Azuaga desde noviembre de 1985 y ex secretario general de la Diputación de Badajoz, publicó en aquella fecha un artículo de opinión en el diario pacense Hoy. En su artículo señalaba el aumento del número de muertes en Azuaga durante los pasados cinco años y destacaba que existía una inquietud evidente por esta causa.

Deducciones

Vera Camacho, jubilado desde 1980, se considera políticamente independiente, aunque asegura que estuvo vinculado a Alianza Popular. Y subraya: "La publicación de aquel artículo perseguía únicamente señalar la alerta existente en Azuaga por estos fallecimientos, cuyo número considero muy elevado. Nos movernos en. el terreno de las especulaciones y de las deducciones lógicas, pero no hay pruebas concluyentes de una relación entre una cosa y otra".

El juez Vera responde afirmativamente cuando se le pregunta sí estaría dispuesto a juzgar al autor de informaciones que resultaran falsas sobre estas materias.

Aquel artículo desató numerosas especulaciones. Todas ellas establecían relaciones de causa a efecto entre el aumento de las muertes y la presencia próxima del cementerio de residuos radiactivos de El Cabril, que dista 34 kilómetros por carretera de la localidad de Azuaga.

Martín Tamayo, presidente del Centro Democrático y Social de Badajoz, dijo que su partido ha realizado un estudio sobre el aumento de las muertes desde 1980 y destaca que el número de éstas debido al cáncer presenta una proporción nueve puntos por encima a la media, señalada en un arco comprendido entre el 20% y el 25%, aproximadamente, de los países de la Europa comunitaria.

El cotejo del archivo de enterramientos de Azuaga, donde constan los fallecimientos de vecinos y sus causas, demuestra que de las 142 muertes sobrevenidas durante 1985 en la localidad pacense de Azuaga, 19 lo fueron como consecuencia de cáncer. Ello determina una proporción del 26,9% de casos atribuible a esta enfermedad. La edad media de los fallecidos fue de 76,8 años. Azuaga cuenta con una población que ha sido cifrada, el pasado 31 de marzo, en 10.210 personas, según el censo municipal. En el último lustro se ha apreciado un ligero descenso demográfico.

Además de los casos probados de muerte por causa de distintos tipos de cáncer, sólo dos de ellos, un mieloma y una leucemia con linfoma, pueden haber sido inducidos por factores ambientales parejos a la contaminación radiactiva, según los médicos Jerónimo Ledesma y Antonio Moreno, becados por el Ayuntamiento de Azuaga. "En ningún caso ha existido contaminación alguna en el área de El Cabril", señala el socialista Victoriano Prieto Molina, de 46 años, alcalde de Azuaga.

Trase la publicación del artículo de Práxedes Vera, Victoriano Prieto encargó reservadamente un análisis de radiactividad de las aguas del embalse de El Sotillo, próximo a El Cabril, a un supervisor de instalaciones radiactivas, profesor de Física de la universidad de Cáceres. El dictamen de este análisis, cuya existencia, según Martín Tamayo, la Junta de Extremadura dijo desconocer, afirma: "En los resultados no se encuentra ninguna concentración radiactiva significativa ni en emisores artificiales ni naturales. Ninguno de ellos presenta actividades superiores a los límites de detección, y son, en todo caso, comparables con los valores encontrados en la muestra de agua potable de Cáceres (capital) que como referencia se incluye".

El archivo municipal muestra que en lo que va de año, y hasta el pasado 11 de septiembre de 1986, los fallecimientos en Azuaga son en total 81, 20 de ellos debidos al cáncer, lo cual representa un porcentaje más elevado que el del año pasado, a un trimestre del fin de 1986. La edad media de los fallecidos por cáncer se sitúa ahora en 66,9 años.

Por otra parte, el presidente del CDS pacense asegura que tiene datos, procedentes de militantes centristas y de otros vecinos de Azuaga, de la reciente presencia en El Cabril de grandes transportes con placas de matriculación francesa.

Estas manifestaciones, de las que Martín Tamayo no ha exhibido aún pruebas, han dado pie a otra nueva especulación sobre la eventualidad del depósito de residuos nucleares franceses en el cementerio radiactivo cordobés, eventualidad que responsables de Enresa desmienten vivamente.

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