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Tan cerca y tan lejos

El agua ha sido una obsesión para los pueblos de Los Monegros: el Ebro pasa a escasos kilómetros de sus tierras y, sin embargo, "tan lejos". Han tenido y tienen problemas en el abastecimiento para beber. Han hecho del agua casi un mito: en Monegrillos una lápida monumental recuerda la traída del agua. En Bujaraloz, capital de Los Monegros, un gran cartel recuerda al visitante que está en el desierto de Los Monegros, donde 57.000 hectáreas podrían ser regables. En esta misma localidad se levantó un monolito a la sed, del que destaca el grito de Aragón tiene sed. Aquí nació -paradojas de la vida- el navegante Martín Cortés, autor de un tratado sobre La esfera y el arte de navegar.

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Agua para el desierto de Los Monegros

En Los Monegros se celebra un rally automovilístico internacional, dadas las condiciones de su terreno, que lo semejan al del desierto, y por unos momentos sus habitantes hasta llegaron a soñar con que Disneylandia se instalaría allí, tal como se rumoreó, en sus resecas tierras.

Los padres no quieren que sus hijos sean agricultores y, precisamente, los objetivos que persiguen las mencionadas realizaciones son asentar a la población, crear puestos de trabajo permanentes y trazar las bases para un futuro desarrollo autónomo de la zona. La producción agraria actual es de 1.783 millones de pesetas y, una vez tranformada en regadío, se prevé una producción final de 17.724 millones de pesetas. La mano de obra se estima hoy en 734.000 horas y las necesidades futuras serán de 5.356.000 horas, equivalentes a 3.430 puestos de trabajo.

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