Cuestión de biorritmos
PuzzleDirector, guionista y productor: Lluis José Comerón. Intérpretes: Patxi Andión, Antonio Banderas, Joan Miralles, Carmen Elías, Héctor Alterio. Fotografía: Hans Burmann. Música: Jordi Doncos. Española 1986. Estreno en cines Vaguada M-2 y Rex.
Lluis José Comerón ha afirmado que el cine español estaba enfermo de literatura y que él pretendía ofrecer "acción en estado puro", lo que equivale a reivindicar el oficio y el cine de género, De oficio Comerón tiene y mucho, como lo prueba la primera media hora de película, realizada con una sensatez y ritmo que para sí quisiera el George Pan Cosmatos que firma los Rambos y Cobras multiplicando planos al buen tuntún. Este arranque de Puzzle, dedicado a presentarnos los personajes, sus motivaciones y a tender los distintos hilos que han de acabar tejiendo un thriller, funciona estupendamente porque hay una relación natural, de autenticidad, entre la forma elegida, la manera de estructurar el montaje de las distintas historias y el sentido de las mismas. Pero el oficio no basta y el constante referirse a la realidad para insuflarle credibilidad a la ficción es motivo de que se vayan rompiendo hilos. De entrada, la policía deja de comportarse como debiera frente a un atraco y se empeña en bloquear todas las salidas de la ciudad, en llenar el cielo de helicópteros.
Visto el cariz que adquiere el asunto o, mejor dicho, embalados en un delirio semejante, los atracadores toman unos rehenes que a los diez minutos ya no les sirven de nada, pero con los que montan un ejercicio de tortura psicológica, al tiempo que efectúan una demostración de las virtudes de la tecnología artesanal hispana, y el director se entretiene contándonos cómo los retrasos del puente aéreo fastidian los amores ilegítimos, el empeño de los jubilados en acabar puzzles velazqueños y el entusiasmo con que una alumna del conservatorio estudia a Bach, tres hilos que nunca llegan a interferir o a incorporarse al tejido de la película, de manera que lo que se había planteado como historias simultáneas con que conferir un ritmo in crescendo deviene en mero recurso narrativo, un añadido de percusión en el vacío. De algo interno, de un biorritmo, hemos pasado a algo falso, que no es lit piel de la película, sino su envoltura.
Puzzle va precedida de una cita que viene a decir algo así como "la vida es un conjunto de existencias sin relación aparente que el azar encadena para que formen un todo". O sea, que de esa arbitrariedad orquestada por la suerte surge algún sentido, quién sabe si una seria consideración sobre el poder destructor del paro o sobre los problemas de quíenes no consiguen subirse al carro de la economía sumergida. También es posible leer Puzzle como un chiste cruel sobre el destino, que une a obreros y empresarios en una misma aventura sin que se modifiquen los papeles que cada cual desempeñaba en la empresa cuando aún no había quebrado. Pero habría sido mejor encabezar el filme con esa máxima ciceroniarta que reza Fortuna regit vita non sapientia y cambiar el título de Puzzle por el de Caos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.