Trasplante de hígado en Madrid a un niño de 21 meses

Un equipo formado por cirujanos de la clínica Puerta de Hierro y del hospital infantil de la ciudad sanItaria La Paz, de Madrid, realizó ayer una operación de trasplante hepático a un niño de 21 meses, con resultado satisfactorio, según informó un portavoz del centro.El niño operado es Adolfo López García, natural de Guadalajara, que llevaba ingresado siete meses en el hospital, esperando recibir un hígado, ya que padecía una cirrosis. En el momento de la operación pesaba nueve kilos.

La intervención comenzó a las 23.30 del sábado y concluyó poco después de las 7.30 del domingo. A media tarde de ayer, la doctora Carmen Díaz, del servicio de reanimación infantil de la ciudad sanitaria La Paz, infortiló que el niño mantenía "un posoperatorio normal, en principio sin complicaciones y con regularidad en las constantes vitales".

Fuentes médicas subrayaron la complejidad de este tipo de operaciones, de las que se han realizado muy pocas en el mundo a niños de tan corta edad. "A la dificultad de encontrar un donante", manifestaron, "se une la complejidad quirúrgíca al ser un niño tan pequeño y con sólo nueve kilogramos de Peso".

El hígado trasplantado pertenecía a un niño de Zaragoza, Pablo Campos Pineda., de 23 meses, que falleció a causa de un tumor cerebral. El hígado fue trasladado a Madrid en un avión Mystére de la Subsecretaría de Aviación Civil, que aterrizó en el aeropuerto de Barajas a primerahora de la madrugada. El órgano fue llevado en ambulancia hasta La Paz, donde llegó a las 2.30 del domingo.

Rapidez

Según la doctora Díaz, el tiempo de transporte fue muy corto, condición muy importante en este tipo de operaciones. El tiempo máximo de isqueinia (detención de la sangre antes de producirse la lesión o necrosis del órgano) es de ocho horas, y en este caso sólo fue de tres horas y media, le, que puede facilitar el éxito del trasplante.

El niño, que permanece en la unidad de reanimación infantil de La Paz, deberá superar todavía la fase crítica de los cinco primeros días, en los que existe el peligro de rechazo del nuevo órgano, peligro que se mantiene en menor grado durante un mes e incluso en períodos más prolongados. La escasa experiencia que se tiene en trasplantes de hígado en niños tan pequeños hace imposible prever cómo será la evolución de la salud del paciente, subrayaron los médicos.