Adjudicaciones de lotería
Me acojo a la probidad informativa del rotativo de su eficiente dirección para dar a conocer el siguiente hecho:El gobernador civil de Toledo también ha adjudicado con sospechosa equidad administraciones de lotería. Es especialmente hiriente la del pueblo de Santa Olalla, otorgada a Antonia Márquez Rabadán, cónyuge del alcalde de Santa Olalla, Enrique Gálvez, que no es militante ni simpatizante del PSOE, sino todo lo contrario. Otros aspirantes a la adjudicación de dicha administración de lotería no contaban, entre otras cosas, con los cotos de caza de los que sí dispone el alcalde Gálvez, y en los que, muy posiblemente, ha cazado el gobernador civil de Toledo. Lo que ha cazado en ellos el señor Gálvez se colige con facilidad, aunque la pieza no forma parte del catálogo cinegético de la provincia de Toledo ni de ninguna otra española.
Sin salir de Toledo, en Mocejón, el beneficiario de la administración de lotería ha sido, casualmente, un hermano del alcalde de dicho pueblo. No diré que sea tan injusto como el caso de Santa Olalla, pero ya tenemos alcaldada doble. Triple si contamos con el caso del pueblo de Tembleque, cuya agraciada ha sido una hermana del alcalde de dicho pueblo. En Oropesa, el administrador del conde de Gamazo; el conde de Gamazo manda mucho en Toledo desde hace décadas; el administrador es, además, empleado de una agencia bancaria y tiene un próspero negocio de máquinas tragaperras.
Cacicadas de semejante índole no han sido, como se ve, erradicadas de nuestro devenir social y político, si bien es cierto que ahora podemos denunciarlas públicamente. Ante adjudicaciones tan contrarias a la justicia y tan ajenas a la necesidad social, laboral y familiar que motivaron en su día la opción a las adjudicaciones, hay que buscar remedio, toda vez que los recursos de reposición presentados por los perjudicados vienen siendo sistemáticamente desestimados por el correspondiente departamento de la gerencia de la Lotería Nacional y Apuestas del Estado, del Ministerio de Hacienda. La historia se repite y eso es malo, muy malo para una democracia.-
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