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Reagan apoya la idea de una conferencia internacional sobre Suráfrica propuesta por Botha

El presidente de EE UU, Ronald Reagan, apoyó ayer la idea de participar en una conferencia internacional con las principales potencias europeas -Francia, la República Federal de Alemania y el Reino Unido- y Suráfrica para discutir la situación planteada en este último país. La propuesta -que Botha extendió a varios países negros vecinos de Suráfrica- fue hecha el martes por el líder surafricano ante el congreso del Partido Nacional Africano, que preside. A diferencia de Washington, Londres y Bonn reaccionaron ayer negativamente ante esta oferta.Reagan, en el transcurso de una conferencia dle prensa ofrecida el martes por ¡a noche en Chicago, hizo patente su impaciencia respecto con respecto al régimen del apartheid, señaló que él y el presidente Pieter Botha compartían el mismo objetivo de acabar con el régimen de segregación racial, y reiteré, su oposición a la sanciones. "Precisamente el grupo que dentro de Suráfrica las apoya [las sanciones]", dijo, "es el que ha sido claramente el más radical y está interesado en las perturbaciones que se: derivarían del desempleo masivo, el hambre y la desesperación de la gente, porque entonces se harían con el control" de la situación. Aseguró el presidente que Estados Unidos ha estado en contacto con algunos, de los dirigentes negros más prominentes de Suráfrica y "todos ellos, de forma contundente, se oponen a las sanciones".

No obstante, Reagan tuvo problemas a la hora de recordar el nombre de un obispo negro, "líder de cuatro millones y medio de cristianos de allí", radicalmente opuesto a las sanciones. "Ustedes no lo han oído nunca, no sé si lo pronuncio bien", dijo, "pero, creo que es Moreno o Moranerema... tengo que averiguar como, pronuncian. ellos esa combinación de letras".

Un portavoz die la Embajada de Suráfrica confirrnó más tarde que el presidente se refería a Barnabas Lekganyane, jefe de la Iglesia Cristiana de Sión, cientos de millares de cuyos fieles dieron una fastuosa recepción al presidente Both:a en abril del año pasado.

El presidente estadounidense dijo también que "no hay comparación posible entre Suráfrica y Nicaragua( ... ) aunque en Suráfrica apreciamos cosas repugnantes, ese Gobierno no está tratando de imponer una ideología sobre el resto de los países vecinos".

El martes, en su discurso inaugural del congreso del Partido Nacional, Pieter Botha anunció a los; delegados que "antes de lo que muchos piensan" se convocaría un referendum o unas elecciones generales para que los blancos se pronuncien sobre una futura participación en el Gobierno de la población negra, informa Erik van Ees. Dicha participación tendría un carácter consultivo y probablemente se instrumentaría a través del Consejo del Presidente, lo que implicaría un cambio constitucional.

A lo largo de su intervención, destinada fundamentalmente a restablecer la confianza de su partido y su base social blanca, Botha no hizo ninguna concesión a la agitación internacional contra el apartheid y reafirmó sus posiciones conocidas. "Para nosotros no hay ninguna contradicción", dijo, "entre nuestro proceso de reforma y las medidas estrictas, si bien temporales, que hemos tenido que adoptar para mantener la ley, el orden y la seguridad".

Su referencia a la celebración de una conferencia internacional sobre el problema de Suráfrica, se vió matizada desde un principio por la salvedad de que en ella sólo se discutirían las cuestiones económicas y de seguridad regional que interesan a Suráfrica, pero no los asuntos internos -que competen sólo a los surafricanos- como son el desmantelamiento del apartheid y el diálogo con los dirigentes de la mayoría negra del país.

El viceministro de Información surafricano, en una entrevista telefónica con una emisora británica, precisó ayer, en efecto, que "el presidente del Estado dejó claro que está listo para discutir y negociar con las potencias occidentales sobre la situación en toda la región surafricana( ... ) pero no dijo nada de negociar con los líderes de Occidente la situacion interna de Suráfrica".

Un portavoz del Foreign Office dijo ayer que el Gobierno del Reino Unido estaba "decepcionado" porque Botha no hubiera "mostrado ninguna intención de dar el salto cualitatativo que es tan necesario". En relación con la conferencia internacional propuesta por el presidente surafricano, el portavoz rechazó la idea declarando que "para resolver el problema no son necesarios nuevos foros".

Con una argumentación similar, el Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Federal de Alemania (RFA) se mostró ayer reticente ante la convocatoría de una conferencia internacional, e hizo saber que "la RFA y la Comunidad Europea no se negarán jamás a conversaciones que puedan contribuir a poner fin al sistema inhumano del apartheid".

Sin embargo, el comunicado añade que "los numerosos contactos mantenidos hasta el momento con las autoridades de Suráfrica no se han traducido en concesiones".

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