El escultor Eduardo Chillida asiste a la 'reconstrucción' de su 'Peine del viento'
El libro El peine del viento. Eduardo Chillida y Luis Peña Ganchegui, sobre una de las obras fundamentales del escultor vasco Chillida, realizada hace ahora 10 años, fue presentado el lunes en el contexto del seminario que sobre el problema del límite tierra-mar está dirigiendo esta semana José Antonio Fernández Ordóñez en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander. La obra ha sido publicada por la editorial donostiarra Q como primer número de su colección Arquitecturas.
Estuvieron presentes en el acto los autores del libro, Jesús Bazal, Alberto Pombo y Fernando Paola, responsables, respectivamente del texto, las fotografías y el diseño, además de Eduardo Chillida y Luis Peña Ganchegui, todos los cuales hablaron no sólo sobre la génesis y desarrollo del importante monumento y de la plaza donde está ubicado, que ha difundido por todo el mundo la imagen de San Sebastián, sino del significado que ocupa en el universo poético del gran escultor vasco. Esta presentación del libro, comentada en el seminario por los autores del mismo y por los de El peine del viento, fue completada, a continuación, con la inauguración de una exposición dedicada a exhibir el riquísimo material gráfico que ha servido como base de la publicación, exposición que está abierta al público en el palacete del Embarcadero, en la bahía de Santander.Ejecutada hace ahora 10 años, El peine del viento consta de tres esculturas monumentales en acero cortén, horadadas en la roca frente al mar, en uno de los puntos extremos de la ciudad, donde se sitúa la plaza diseñada por el arquitecto vasco Luis Peña Ganchegui.
Jesús Bazal, joven arquitecto y autor del texto del libro, destacó, por ejemplo, la importancia del emplazamiento de la pieza, rememorando el carácter sagrado o genius loci donde se edificaban los antiguos templos griegos. Esta fuerza magnética del emplazamiento fue reconocida por el propio Chillida, que, según confesión personal, sentía una particular atracción por aquellos parajes desde niño, incluso mucho antes de imaginar que algún día habría de convertirse en escultor famoso. Por todo ello resultó particularmente oportuna la cita que hizo Jesús Bazal de la descripción que escribió sobre el significado del lugar en el templo griego el filósofo alemán Martin Heidegger, el cual también dedicó un hermoso texto a comentar la obra escultórica de Chillida, con cuya concepción artística sentía una honda compenetración.
"Este apoyarse de la obra en el suelo rocoso", afirmó Heidegger en su descripción del templo griego, pero con unas palabras que pueden ciertamente aplicarse a El peine del viento como si hubieran sido escritas expresamente para él, "extrae de la roca el misterio del soporte inarticulado y, sin embargo, espontáneo de esa roca. En su subsistir en ese lugar conserva su terreno contra la tormenta que arrecia sobre él y así, y sobre todo, manifiesta la tormenta misma en toda su violencia... La solidez de la obra contrasta con la movilidad de las olas, su quietud pone de relieve la violencia del mar...".
El propio arquitecto diseñador de la plaza, Luis Peña Ganchegui, que ha creado la plataforma de contemplación para las tres esculturas de El peine del viento en las estribaciones rocosas del monte Igueldo, más allá de la playa de Ondarreta, afirmó que había entendido "que debía hacer un preámbulo a las esculturas en un lugar que es principio y fin de la ciudad... como un símbolo de unión de la ciudad con la naturaleza. De una ciudad que termina en un absoluto que es el mar".
Con estas palabras coincide el sentido de las del propio escultor Chillida, que también ha declarado: "Este lugar es el origen de todo... El verdadero autor de la obra es él. Yo lo he descubierto y le he hecho un homenaje... Me enamoré de ese lugar mucho antes de saber que iba a hacer algo en él... antes de ser escultor... ni siquiera había terminado el bachiller... podría tener 14 años, pensando dónde vendrían las olas".
