Las tropas bolivianas se limitan a ejecutar las operaciones antidroga que planifica EE UU

Las operaciones que se llevan a cabo en la región boliviana de El Beni son planificadas por funcionarios de la Drug Enforcement Administration (DEA, oficina de lucha contra la droga de Estados Unidos) y ejecutadas por tropas policiales bolivianas, que solamente se enteran del objetivo y del procedimiento en pleno vuelo.

Las autoridades bolivianas y estadounidenses encargadas de la mayor ofensiva antinarcóticos jamás llevada a cabo en el país explicaron el miércoles a medio centenar de periodistas invitados a Trinidad, a 414 kilómetros al noreste de La Paz, para visitar un "objetivo, cumplido" en el extenso territorio de El Beni, en el inicio de la región amazónica del continente."Las operaciones son conducidas por el Gobierno boliviano", explicó el general James Taylor, comandante de las fuerzas norteamericanas dependientes de la Brigada 193 del Comando, Sur, con asiento en Panamá. "La acción es planificada en Josuani [el centro de operaciones] por inteligencia, funcionarios de la DEA y sus agentes informadores", precisó el ministro del Interior, Fernando Barthelemy, quien explicó que este plan se pone en conocimiento del comandante de la policía boliviana y la tripulación de los helicópteros Blackhawk el día de su ejecución.

Los helicópteros recogen a los leopardos (tropas bolivianas especializadas en lucha antinarcóticos), que son informados en pleno vuelo de los objetivos y procedimientos. Se les deja a un kilómetro o kilómetro y medio del objetivo para que, desde tierra, las tropas efectúen una acción envolvente a fin de evitar la fuga de los traficantes de cocaína.

El hermetismo que se da a la elaboración del plan y también a las intervenciones de la policía pretende, por sus apariencias, evitar al máximo cualquier filtración de información que alerte a los traficantes, que hasta ahora han esquivado, muy bien la acción policial.

El narcotráfico, ha montado una extensa red internacional, incluidas sofisticadas comunicaciones, que según los entendidos bien puede partir de Estados Unidos -el mayor consumidor-, donde también los traficantes, como los consumidores, pertenecen a círculos privilegiados de gran influencia económica y grandes contactos políticos. Es esta red la que probablemente alertó a la cabeza de la mafia boliviana de la llegada de las fuerzas norteamericanas.

El balance oficial de las operaciones no es muy alentador. Hasta ahora han sido detenidas en El Beni cuatro personas, una de ellas menor de edad y ninguna identificada, se ha incautado, una avioneta y descubierto laboratorios de producción de cocaína. El informe oficial menciona un laboratorio con capacidad de producción semanal de 1.000 a 1.500 kilos de sulfato base y otro con capacidad de 500 a 700 kilos de clorhidrato.

Otras operaciones en las regiones de El Chapare, en el centro del país, y en Santa Cruz arrojan un saldo de 18 detenidos, tres de los cuales pueden ser considerados como traficantes de importancia en el país. Ahora, todos los efectivos antidroga parecen estar convergiendo hacia. un solo hombre, Techo de Paja, que está considerado como uno de los tres más importantes traficantes del país, y no hacia Roberto Suárez, que habría dejado de ser hace ya tiempo el rey de la cocaína en Bolivia.