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Gorbachov insiste ante Mitterrand en su propuesta de reducción global de armas convencionales

Pilar Bonet

El presidente francés, François Mitterrand, inició ayer una visita de cuatro días a la Unión Soviética, de la cual los analistas occidentales esperan nuevos datos clarificadores de las negociaciones de armamento Este-Oeste, así como sobre las perspectivas para la futura cumbre soviético-norteamericana. En la primera cena oficial, celebrada anoche, el líder soviético, Mijail Gorbachov, hizo una oferta global a Occidente para "eliminar todas las armas innecesarias" con el fin de situar el equilibrio de fuerzas en el nivel más bajo posible.

Mitterrand, que estuvo la semana pasada con el presidente Ronald Reagan, en Nueva York, fue recibido con todos los honores en la capital soviética. El líder Mijail Gorbachov le ha concedido la rara deferencia en el protocolo soviético de celebrar con él tres encuentros de trabajo, además de dos cenas y una visita a la ciudad de los cosmonautas, en las afueras de Moscú.A los brindis de la primera cena Gorbachov planteó tina mutua reducción de excedentes de armamentos. Calificó esta meta como realista y añadió que "la URSS tiene derecho a esperar una respuesta positiva y concreta del mundo occidental", con el fin de evitar situaciones irreversibles en un mundo que "toma derroteros cada vez más peligrosos".

La propuesta presentada ayer por Gorbachov, que desborda el marco de las negociaciones MBFR (sobre reducción de armamentos) de Viena, va dirigida especialmente a Francia, pero contiene muchas ambigüedades que no han sido aún resueltas por la parte soviética.

En su contestación Miterrand señaló que la reducción de armamentos convencionales es una preocupación de su país, igual que el respeto de los derechos humanos, que es "un deber moral" de los gobiernos.

En el ámbito nuclear, Mitterrand ha repetido que la fuerza nuclear de este país no es negociable en un foro soviético-norteamericano, y tampoco bilateralmente, en tanto las superpotencias no hayan llegado a un acuerdo entre sí Francia insiste en que sus arsenales nucleares responden a sus propias necesidades defensivas, siguiendo los conceptos establecidos por el general De Gaulle.

El Kremlin no oculta su satisfacción por la actitud de Mitterrand ante la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) norteamericana, pero probablemente tratará de buscar una nueva ratificación de la misma. Las manifestaciones de apoyo a la SDI realizadas por el primer ministro, Jacques Chirac, y por el ministro de Asuntos Exteriores, Jean Bernard Raimond, ex embajador en Moscú, han sido criticadas en la Prensa soviética de forma velada.

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La visita de Mitterrand consolida la tradición de cumbres soviético-francesas, que fue establecida por el general Charles de Gaulle en su intento de mantener una política exterior francesa propia, al margen de los bloques militares. Gorbachov eligió Francia como primer destino occidental, en octubre de 1985, y aprovechó la ocasión para realizar propuestas de desarme con la vista puesta en el encuentro que debía celebrar en noviembre de 1985, en Ginebra, del presidente Reagan.

Fuentes francesas niegan que Mitterrand esté actuando ahora como intermediario entre los líderes de las dos superpotencias, que han vuelto a poner en marcha la reparación de una nueva cumbre tras los meses de enfriamiento precedentes. En Nueva York, Reagan y Mitterrand estuvieron de acuerdo en que la cumbre soviético-norteamericana debería celebrarse lo antes posible.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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