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LOS CHILENOS EXIGEN DEMOCRACIA

Tres muertos en Chile en el primer día de la huelga general contra Pinochet

Tres personas -dos hombres jóvenes y una muchacha de 13 años murieron ayer en Santiago por disparos de la policía o del ejército en la primera de las dos jornadas de huelga general convocada por la oposición chilena contra la dictadura del general Augusto Pinochet. La huelga, la segunda de 48 horas de duración desde el golpe de 1973, logró paralizar, casi totalmente la capital y las principales ciudades de provincias, pese al considerable refuerzo de la vigilancia militar y de las amenazas de las autoridades contra quienes no acudieran ayer a trabajar. El Gobierno decidió anoche presentar un requerimiento judicial contra los dirigentes de la Asamblea de la Civilidad, que convocó la huelga.

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Santiago se volvió a ver ayer, como es habitual en actos de protesta contra Pinochet, virtualmente ocupado por soldados y policías armados. "Ésta es una pequeña prueba de fuerza. Queremos demostrar que habrá más si nuestras demandas no son escuchadas", advirtió el médico democristiano Juan Luis González, presidente de la Asamblea, organización que reúne a más de 300 agrupaciones sociales opositoras al régimen militar. La Asamblea, que es apoyada activamente por lodos los partidos de la oposición, ha presentado una Demanda di, Chile, principal petición es el retorno inmediato a la democracia.Dirigentes sindicales, estudiantiles, profesionales, de camioneros y del comercio evaluaban en un 70% la adhesión de ayer al paro. Los mineros del cobre, el principal producto de exportación del país, trabajaron en un 50% y realizaron asambleas para decidir si se sumaban hoy a la huelga, informa desde Santiago. Al caer la noche, el Gobierno clausuró, mediante el bando 46 de la zona en estado de emergencia, los servicios. informativos de las únicas cuatro emisoras de la oposición.

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Carabineros chilenos prenden fuego a dos manifestantes en medio de un clima de guerra en las calles de Santiago

Viene de la primera páginaLa brutalidad represiva fue la tónica de la actuación de militares y policías, (que actuaron con carros blindados y fusiles automáticos. En un barrio pobre del oeste de Santiago, dos estudiantes de 18 años fueron rociados con combustible por varios carabineros, que posteriormente les prendieron fuego, según denunció el secretario de la Comisión Chilena de Derechos Humanos. Los muchachos, un hombre y, una mujer, fueron luego envueltos en una manta y abandonados en un camino rural.

Las principales avenidas y cruces de calles estaban vigilados por militares y policías. Carros blinda dos e infantería rodearon la barriada de La Victoria, donde cayó la primera víctima. Boris Vera, un contable en paro de.24 años, estaba cavando zanjas en la calle en la noche del martes cuando, desde un vehículo en marcha, le dispararon a la cabeza. Murió poco después en un hospital. En la madrugada, al noroeste de Santiago, en la barriada de Pudahuel, Iván Aqueveque, de 20 años, cayó muerto por disparos de una patrulla militar. En el mismo incidente resultó herido en una pierna Dagoberto Rubio, de 24 años. El párroco local denunció que tres personas más fueron detenidas y una de ellas fue azotada mientras estaba amarrada a un árbol.

En La Florida, un sector residencial de clase media del sur de Santiago, los militares dispararon a Nadia Fuentes, de 13 años, a quien su madre había mandado a comprar pan, según sus familiares. La niña estuvo varias horas tendida en el suelo, junto a la bolsa del pan, mientras los pobladores del lugar protestaban.

Incidencia de la huelga

Los dirigentes de la Asamblea de la Civilidad, encabezados por Juan Luis González, calificaron la huelga como un éxito, y estimaron en un 70% el absentismo general.

Rodolfo Seguel, presidente del Comando Nacional de Trabajadores, dijo: "Las industrias paralizaron en un 60%; estamos satisfechos por la respuesta que los trabajadores dieron a la Asamblea de la Civilidad". Jaime Pérez, presidente del comercio santiaguino, estimó el cierre de locales en un 95%. "Es una demostración", dijo, "de que estamos cansados de este régimen". Héctor Moya, presidente de los camioneros de la capital habló de "una ausencia total de transporte de carga en las ciudades y carreteras". En los hospitales, según Haydeé López, dirigente del Colegio Médico, el absentismo fue de un 90%.

La falta de transporte público fue notoria desde la madrugada, y sólo algunos autobuses salieron a circular avanzada la mañana. Miles de personas caminaban por las calles semidesiertas y ocupadas por los militares. La mayoría de los comercios de los barrios periféricos no abrió sus puertas, y el paso a las barriadas obreras era impedido por barricadas.

Una docena de atentados con explosivos de pequeña envergadura provocaron cortes parciales de luz, interrumpieron la vía férrea y derribaron postes y árboles en Santiago. Cientos de coches quedaron averiados, con sus neumáticos rotos por miguelitos, un tipo de clavos de cuatro puntas.

Informes llegados de Concepción, Valparaíso, San Antonio, Antofagasta y Punta Arenas, las principales ciudades de provincias, dieron cuenta de un escenario similar al de la capital.

Himno nacional

A mediodía -mientras el general Augusto Pinochet almorzaba con 1.00 integrantes del grupo ultraderechista Avanzada Nacional-unos 500 manifestantes intentaron reunirse en la plaza de Armas, la principal de Santiago, para cantar el himno nacional, pero fueron dispersados por la policía, que actuó con vehículos provistos de cañones de agua y arrojó gases lacrimógenos. Unas 12 personas fueron detenidas allí.

En la noche anterior al inicio de la huelga, fuerzas policiales atacaron una casa ocupada por presuntos miembros del proscrito Frente Patriótico Manuel Rodríguez, un grupo armado procomunista. Durante el tiroteo resultaron muertas dos mujeres y el hijo de una ellas, todos los cuales "se suicidaron", según un comunicado oficial.

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