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Reportaje:

Seúl teme que Pyongyang provoque un conflicto antes de los Juegos de 1988

"El clima sigue tenso", dice Pong Du Wang, presidente del comité de Relaciones Exteriores de la Asamblea Nacional surcoreana. ', Sabemos que Kim II Sung, de 74 años de edad, está muy enfermo y que su eventual desaparición puede provocar serias tensiones en Pyongyang ante la duda de que su hijo Kim Jong II pueda realmente ejercer la sucesión en esta dictadura hereditaria", agrega este miembro de la formación política en el poder en Corea del Sur, el Partido de la Justicia Democrática."Nuestra posición es muy clara al ofrecer nuestro presidente, Chun Doo Hwan, la celebración de una reunión en la cumbre con Kim Il Sung, pero Corea del Norte se niega a aceptar la oferta", continúa Pong Du Wang. Hay también gran expectación en Seúl, sede de los Juegos Olímpicos de 1988, sobre si Corea del Norte responderá a la oferta del Comité Olímpico Internacional para organizar tres competiciones de los Juegos Olímpicos de 1988 en la capital norcoreana, Pyongyang.

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"Si hoy falleciera Kim Il Sung, mañana declararíamos el estado de emergencia", dice Pong Du Wang al comentar la situación entre las dos Coreas. "Tememos también que Corea del Norte aproveche algún pretexto para provocar algún incidente grave antes de los Juegos Olímpicos, en los que dudo mucho que acepte en participar, porque supondría tener que abrir las puertas del país más cerrado y dictatorial del mundo".

Cada mes los surcoreanos participan, 36 años después del comienzo de la guerra, en ejercicios de alerta aérea, con paralización durante cinco minutos de todo el tráfico y carreras de la gente hacia los refugios asignados o las estaciones de metro y subterráneos.

Potencial armado

Corea del Sur considera al mismo tiempo que "son ejercicios de pura propaganda las ofertas recientes de Corea del Norte para una reunión intercoreana de ministros de Defensa". Alega Seúl que Corea del Norte tiene tres cuartos de su potencial militar (unos tres millones de hombres) estacionado en la zona divisoria del paralelo 38, que hoy divide a las dos Coreas, a través de una zona desmilitarizada en la que también patrullan constantemente soldados norteamericanos (hay 40.000 estacionados en Corea del Sur) y surcoreanos de los alrededor de 600.000 con que cuenta el Ejército de Seúl."Desde julio de 1972", añade Pong Du Wan, "decidimos conjuntamente buscar una salida pacífica al intento de reunificación, pero todos los intentos son saboteados por el régimen comunista de Pyongyang, como ocurrió con el atentado de Rangún [capital de Birmania] en 1983, que mató a parte de la delegación surcoreana en un momento en que se intentaba una negociación tripartita sobre el conflicto coreano bajo los auspicios de China. ¿Cuál será la próxima acción?".

Los expertos militares estadounidenses creen también que los próximos dos años serán de capital importancia, debido a las incógnitas de sucesión en el régimen del norte, sucesión que posiblemente genere tensiones que pueden inducir a otra aventura militar contra el régimen surcoreano.

El fatalismo expresado por el partido y los círculos en el poder, por la Prensa surcoreana y por los medios militares, contrasta con la opinión de la oposición. "Esta dictadura militar", dice Kim Dae Jung, uno de los principales líderes de la oposición, exagera el viejo tema de la situación con el norte parajustificar la permanencia de los militares en los asuntos políticos del país". "Si fracasamos en nuestro intento de acabar con la dictadura militar a través de las elecciones presidenciales directas del próximo año, este país quedará polarizado entre una oposición radical y los militares, lo que dará origen a una situación de caos que puede ser, precisamente, el mejor argumento para que Corea del Norte intente convertir la península en un nuevo Vietnam". Para el opositor Partido Democrático de la Nueva Corea, la mejor fórmula preventiva es el restablecimiento de la estabilidad política democrática en Corea del Sur.

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