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SANIDAD

La Organización Mundial de la Salud aconseja el regreso a los partos en los hogares

Casi el 90% de los partos que se producen en España se desarrollan en grandes hospitales, pero en otros países europeos este porcentaje no sobrepasa el 50%. El desplazamiento de los partos a las clínicas ha permitido un descenso de la mortalidad materno infantil, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que un seguimiento adecuado de los embarazos debería permitir el regreso a los partos en los hogares.

La atención que reciben las mujeres durante el parto es generalmente insatisfactoria, según se puso de manifiesto en las Jornadas sobre la Atención Integral de la Maternidad, clausuradas en el Ministerio de Sanidad. La quejas más frecuentes de las mujeres se centran fundamentalmente en la deshumanización que rodea a este acto en los centros hospitalarios. Para evitar esta deshumanización, la tendencia en los países europeos es el retorno a los partos en los propios domicilios atendidos por matronas especialmente entrenadas y contando con la ayuda que ofrece la técnica, según el responsable del Área de Salud Materno-infantil de la Organización Mundial de la Salud, el doctor Wagner.Actualmente, en Holanda el 40% de los nacimientos se produce en el propio domicilio de las parturientas con la asistencia de una comadrona. En España, en cambio, el 90% de los partos se realiza en los centros hospitalarios. Las especiales características geográficas de Holanda y la tupida red de centros hospitalarios con que cuenta ese país inciden en que el porcentaje de nacimientos en casa sea tan alto. Generalmente, sólo paren en casa aquellas mujeres cuyo domicilio se encuentra a 10 minutos de un centro hospitalario. Las matronas, además, desplazan hasta el hogar de las parturientas un monitor portátil con el que controlan en todo momento la frecuencia cardiaca materno-fetal y !as contracciones del útero.

La desviación que se ha producido en los últimos 20 años de la asistencia a la parturienta de sus domicilios a los hospitales se produjo para disminuir las tasas de muerte perinatales, situadas actualmente en un 10%. Pero en la disminución de esta tasa inciden también factores ambientales y culturales, y no exclusivamente la tecnología con que cuentan los hospitales, según el doctor Wagner.

"Esta tecnología puede ser incluso negativa. Se ha producido, por ejemplo, un alimento del índice de cesáreas (11%), y en muchas ocasiones esta agresión quirúrgica no era necesaria", según Victoria Abril, asesora técnica en el área de salud del Instituto de la Mujer.

"El índice de mortalidad perinatal es el baremo establecido para medir la calidad en la atención al parto. Pero un índice bajo no siempre refleja la realidad", según Sagrario Mateo, ginecóloga y jefe de la sección de Salud Materno-infantil del Ministerio de Sanidad. "La subnormalidad por mala atención en el momento del parto es en España casi el doble que la subnormalidad genética. Pero es infrecuente que los padres lo denuncien, en parte por desconfianza de que sean atendidos y en parte porque casi nunca se les dice que ha sido por un error médico".

Falta de información

Antes de la realización de estas jornadas sobre la atención integral a la maternidad, Miguel Horno, subdirector de ordenación funcional del Ministerio de Sanidad, pidió a 70 maternidades que señalaran las principales dificultades que tenían para humanizar los partos. Sólo se recibieron respuestas de 12 centros, indicando como principales problemas la falta de intorrfiación y coordinación de los equipos médicos, el escaso control puerperal y la nula infraestructura para atender situaciones problemáticas, como son las madres jóvenes. La cartilla de la embarazada, promovida por el ministerio como el documento idóneo para llevar un perfecto control de la evolución de los embarazos y posibles complicaciones del parto, no está siendo adecuadamente utilizada porque son muy pocos los profesionales que rellenan este documento. "Básicamente, sí lo utilizan los profesionales de la asistencia primaria, ambulatorios y centros de salud, pero no lo hacen, en cambio, los del sector hospitalario", según Sagrario Mateo. "Esto es un síntoma claro de la desconexión que existe entre los distintos equipos médicos, con las lógicas repercusiones negativas para la madre y el niño", según Victoria Abril. "Para solucionar esto hay que revalorizar el papel de las matronas, preparándolas para que puedan realizar una atención integral tanto a la parturienta como al recién nacido".

Matronas

Desde hace un año, el Insalud ha restablecido el servicio de matronas a domicilio, que ayudan a las madres en aspectos como educación sanitaria, apoyo psicológico ante la posible depresión posparto, reconocimiento físico del recién nacido -estado del cordón umbilical, hidratación, nivel de desarrollo psicomotriz, alimentación-, cuidados de las mamas y preparación para la lactancia materna.En los últimos años los hospitales del Insalud han mejorado en parte las condiciones que rodean a las mujeres en la maternidades, han desaparecido prácticamente los nidos, donde los niños permanecían aislados de sus madres y se han reducido de seis a dos las camas de las habitaciones, pero en la sala de dilatación se admiten tres mujeres a la vez y "no se las deja nunca más de 12 horas dilatando, lo que no siempre, es positivo", dice Mateo. "En casi todas las maternidades existe ya la silla de Caldeyro-Barcia, que permite el parto en una posición más natural, pero apenas la usan. Y es insólito que el padre esté presente en el parto".

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