_
_
_
_
Crítica:DANZA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La línea del tiempo

ENVIADO ESPECIALCuando la pieza es muy conocida se suele creer que no habrá nada que ver o que decir. Pero he ahí el poder intrínseco de los clásicos, ya que cada audición se convierte en una experiencia nueva o al menos renovada. Ésta que hemos vivido en el Festival Internacional de Granada ha sido una noche doblemente mágica. De una parte, es la primera vez que una española baila Giselle (debe decirse que aún hay criterios encontrados sobre la participación de Rosita Mauri en el siglo pasado, durante su estancia en la ópera de París), y por otra, el escenario natural propició que la representación de la compañía británica envolviera al auditorio. Los cipreses silueteados de un azul espectral y la luna (real esta vez) se sítuaron justo al lado derecho de la escena, tal como pide la escenografía original, bañando cenitalmente el inmaculado traje de Trinidad, una chica notablemente hermosa que, a sus 18 años, ha escrito una página definitiva para la historia de la danza española.

35º Festival Internacional de Música y Danza de Granada

London Festival Ballet (Reino Unido).Primer programa: Giselle. Coreografía: Coralli, Perrot, Petipa. Añadidos de baile: Mary Skeaping. Música: Adolf Adam. Intérpretes: Trinidad Sevillano, Peter Schaufuss, Jeanette Mulligam. Orquesta acompañante: Karlovy Vary. Director: Graham Bond. Granada. Jardines del Generalife. 19 de junio.

Trinidad Sevillano no posee el fisico ideal de la bailarina romántica. Sin embargo, lo suple en el primer acto con sentida dulzura y, en el segundo, con un dignísimo porte, asombroso para sus años y experiencia. Ella evolucionó con alguna que otra inseguridad, elegantemente acompañada por un Peter Schaufus consciente de su papel en tan señalada noche.

Giselle se estrenó mundialmente en 1841 en lo que hoy es la ópera de París. En Inglaterra, ya en nuestro siglo, cabe señalar que fue en 1934 cuando Alicia Markova lo bailó a los 24 años acompañada por Anton Dolin. Margot Fonteyn lo asumió poco más tarde cuando contaba 25 años; Ana Pavlova hizo su primera Giselle a los 19 años, Alicia Alonso a los 23, Galina Ulanova a los 29. Trinidad ha desafiado el temido papel mucho más pronto, incluso puede decirse que demasiado pronto. Su personaje está a medio dibujar entre el azoro adolescente en el primer acto y una distancia de la acción dramática en el segundo (apareció en este último cuadro peinada como Spessitseva).

Lo paradójico es que lo mejor en la Sevillano han sido las escenas que sólo se alcanzan en la madurez: la locura y muerte al final del primer acto y el ruego y la salida de la tumba en el segundo, además de algunos mutis espectacularmente poéticos. Llegará a ser una excelente bailarina y aún es pronto para prever dónde llegará su Giselle.

El cuerpo de baile se mostró eficaz, admirablemente acompasado y de una corrección deliciosa hasta la última fila. El vestuario, que se inspiraba directamente en versiones finiseculares, cayó en la tentación de acortar los trajes de las willis dejando ver unas rodillas que nunca hubieran mostrado las espiritadas doncellas. La orquesta, a pesar de su buen sonido propio, enfocó defectuosamente varias entradas, restando fantasía, por ejemplo, al aire de caza donde la. trompa pareció estar ensoñada, con la luna.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_