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ECOLOGÍA

El 'Sirius' cruza la línea de seguridad y atraca en Cabrera sin que se produzca incidente con el ejército

El buque Sirius, de la organización ecologista Greenpeace, atracó ayer en el puerto de la isla de Cabrera sin incidente alguno, tras haber cruzado la llamada línea de seguridad impuesta por la Comandancia de Marina de Baleares mientras se desarrollaban las maniobras militares que comenzaron el domingo pasado en la isla. De este modo, las contradicciones existentes entre el Ministerio de Defensa y la Comandancia General de Baleares respecto de la conclusión de dichas maniobras quedaron dilucidadas. Por su parte, Laureano García, subdirector general de Relaciones Informativas y Sociales de la Defensa, manifestó a este periódico que nunca existió esta contradicción, sino una confusión en los términos empleados.

Laureano García explicó que si bien las maniobras conocidas bajo el nombre de Gamma 1 se han realizado exactamente según lo previsto por el Ejército, también es cierto que los ejercicios de tiro finalizaron el jueves con tiro de mortero sobre boyas flotantes, acto al que fueron invitados varios periodistas. El subdirector general de Relaciones Informativas y Sociales de la Defensa, aseguró que desde aquel momento habían finalizado los ejercicios, aunque en términos militares estos no se consideran finalizados hasta que las tropas se hallan de nuevo en sus acuartelamientos, lo que sucederá el lunes próximo.Los ecologistas mostraron su satisfacción por la conclusión de las maniobras, aunque Xavier Pastor, presidente de Greenpeace España, manifestaba ayer, antes de partir hacia la isla, su preocupación por la desconexión existente entre Ministerio de Defensa y Ejército, al haber manifestado el primero, el pasado jueves, que las maniobras concluirían ese mismo día, mientras el comandante general de Baleares mantenía no haber recibido orden alguna en tal sentido.

"Síntomas de desconexión"

Xavier Pastor, presidente de Greenpeace de España, anunciaba a primeras horas de la mañana de ayer su intención de comprobar la veracidad de las afirmaciones efectuadas desde Defensa, al informar que franquearía la línea de seguridad. Al mismo tiempo mostraba la preocupación de su organización por las contradicciones existentes en las declaraciones efectuadas el mismo día por Defensa y el Ejército. Para los ecologistas existen síntomas de desconexión entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas, aunque tampoco descartaron la posibilidad de que las declaraciones del delegado del Gobierno tuvieran como misión "engañar a Greenpeace". En estos términos se manifestaba Pastor tras la entrevistamantenida a las 10.30 horas con el delegado del Gobierno, quien reiteró las declaraciones ya conocidas. Martín Plasencia declinó manifestarse sobre las contradicciones con el comandante general, que el día anterior aseguraba que las maniobras seguirían el curso previsto, debiendo concluir por tanto el domingo.El buque Sirius atravesó a las 18.20 horas de la tarde de ayer la línea de seguridad dispuesta por la Comandancia de Marina en tomo a la isla de Cabrera; de este modo se confirmaban las informaciones remitidas a Greenpeace por el delegado del Gobierno en Baleares, Carlos Martín Plasencia, y confirmadas en posteriores declaraciones a la emisora Cataluña Radio por Laureano García.

El Sirius, en el que viajaban distintos periodistas, zarpó del puerto de Palma de Mallorca a las 14.30 horas, tardando algo más de tres horas en recorrer los más de diez kilómetros que separan el archipiélago de Cabrera de la isla de Mallorca.

Durante el trayecto, el Sirius se vio escoltado a una distancia de dos millas por el barco cablero de la Armada Cíclope, que penetró también en el puerto de Cabrera tras el buque de la organización ecologista. Desde este buque Pastor intentó en cuatro ocasiones ponerse en contacto con la guarnición en Cabrera con el fin de comunicarle su intención de franquear la línea de seguridad, cuya orden de mantenimiento se encontraba durante la mañana de ayer todavía expuesta en la Comandancia de Marina, estando consecuentemente en vigencia.

Alain Connan, capitán del buque, ordenó traspasar la línea, mientras el cablero Cíclope, de la Armada española, iniciaba una maniobra de retirada, para aparecer posteriormente frente a la entrada del puerto de la isla tras el Sirius. Ya dentro del puerto, ambas embarcaciones intercambiaron saludos izando las respectivas enseñas.

La isla de Cabrera se encontraba ayer en total normalidad, tras los ejercicios de tiro sobre boyas flotantes efectuados el jueves. Las tropas allí destacadas efectuaban durante la tarde las operaciones de repliegue, mientras sobre los muelles y en la playa podía verse a soldados nadando.

Mal trato a la Prensa

Por otra parte, la totalidad de los medios informativos que se desplazaron el jueves hasta la isla de Cabrera para presenciar las maniobras protestaron formalmente ante representantes de la Comandancia General de Baleares por el trato incorrecto recibido por parte de algunos jefes del Ejército de Tierra presentes en las maniobras.El clima de frialdad que reinó entre militares y periodistas a lo largo de toda la jornada se inició desde el mismo transporte en helicóptero desde el aeropuerto de Son San Juan hasta el helipuerto de Cabrera. En el transcurso de dicho transporte y sin previo aviso el piloto del helicóptero realizó distintas maniobras tácticas que, por su violencia, provocaron las primeras protestas de los miembros de los medios de comunicación, algunos de los cuales manifestaron que de no mediar seguridades de un comportamiento correcto se negarían a regresar por vía aérea, decidiendo hacerlo por vía marítima.

Sin embargo, el enfrentamiento de mayor dureza se produjo con el comandante Sanpol, perteneciente a la Comandancia General, quien tras espetar a un periodista la pregunta: "¿De parte de quienes están ustedes?", refiriéndose a las operaciones anunciadas por el grupo ecologista Greenpeace, manifestó antes de la comida, tras los ejercicios del día y ante el ofrecimiento de un aperitivo por parte de un general, "mi general, les voy a dar de comer carnaza". Los periodistas procedieron en ese momento a retirarse de las inmediaciones de las mesas donde debía realizarse la comida, debiendo ser conminados a regresar a ella por el teniente coronel Calafat, relaciones públicas de la Comandancia General de Baleares.

El propio comandante general, José Valdez, se refirió a los hechos, al concluir la comida, señalando que actos individuales como éstos no eran imputables a la totalidad del colectivo militar.

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