Un espía en el Estado Mayor polaco adelantó a EE UU la implantación de la ley marcial
Pelton por Kuklinski. Peón por peón. La ficción de John le Carré es casi realidad, pero no existe el espía perfecto. La Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA) tenía infiltrado en el Estado Mayor polaco al coronel Wladislaw Kuklinski, que fue capaz, en noviembre de 1981, antes de ser descubierto, de enviar a Washington los planes de Wojciech Jaruzelski para implantar la ley marcial y acabar con el sindicato Solidaridad, reveló ayer The Washington Post. Este éxito del espionaje estadounidense compensa, propagandísticamente al menos, el desastre causado por Ronald Pelton, un empleado de nivel medio de la supersecreta NSA (Agencia de Seguridad Nacional que vendió a Moscú, por 35.000 dólares (unos cinco millones de pesetas), el sistema por el que submarinos norteamericanos interceptan las comunicaciones soviéticas.
Kuklinski tomó parte, a comienzos de noviembre de 1981, en sesiones secretas de las máximas autoridades polacas en las que se planificó la estrategia de la ley marcial y el aplastamiento del sindicato Solidaridad, dirigido por Lech Walesa, informó el diario de Washington citando fuentes próximas al espionaje estadounidense. El plan llegó, gracias al topo de la CIA, al despacho de Ronald Reagan en la Casa Blanca. Fuentes norteamericanas han, confirmado: "Lo teníamos todo, pero nos faltaba el día de la declaración de la ley marcial". Una copia del plan, con todos los detalles operacionales que permitieron coger por sorpresa al sindicato democrático polaco y encarcelar a 5.000 personas, cuando fue puesto en práctica en la madrugada del 13 de diciembre de 1981, fue entregada por Kuklinski a la CIA, dijeron fuentes norteamericanas.Un funcionario soviético, muy nervioso, anunció en una reunión en noviembre con miembros del Gobierno polaco y el Estado Mayor que se estaba filtrando a EEUU la preparación del golpe contra Solidaridad. Kuklinski que asistía a la reunión, llamó a la estación de la CIA en Varsovia y pidió que le sacaran del país con su mujer y con sus dos hijos: Desde entonces vive en EE UU.
El portavoz del Gobierno polaco, Jerzy Urban, declaró a The Washington Post que Reagan, con la información proporcionada por Kuklinski, pudo haber impedido la declaración de la ley marcial y haber avisado a Solidaridad. Lo ocurrido, señaló Urban, explica que gran parte del amor que el presidente norteamericano profesa a Solidaridad no es sincero".
[EE UU desmintió ayer que hubiera conocido anticipadamente la intención de Jaruzelski de declarar la ley marcial, informa Efe. El Gobierno norteamericano se negó a comentar el artículo publicado por The Washington Post. No obstante, el Departamento de Estado difundió un comunicado en respuesta a Urban en el que califica sus declaraciones de "inventadas".]
Mal año para el espionaje
Ha sido un año desastroso para los servicios de espionaje norteamericanos. Primero fueron los hermanos Walker, que pasaron a Moscú secretos sobre los procedimientos utilizados por Estados Unidos para detectar submarinos de la URSS. Luego, el desertor Vitali Yurchenko, que se había pasado a Occidente, lo pensó mejor y abandonó Washington, regresando,al frío y dejando en ridículo a la CIA. Ahora, Pelton, un hombre con problemas familiares, de alcohol y drogas, arruinado, que después de pasarse 14 años trabajando en el seguimiento de las comunicaciones soviéticas en la NSA puede, ante la impotencia del FBI, llamar por teléfono a la Embajada de la URSS en Washington, situada a 500 metros de la Casa Blanca, y entrar y salir del edificio sin problemas. La compleja maquinaria de la inteligencia estadounidense sólo fue capaz de detenerle porque Yurchenko le vendió a la CIA.El juicio de Pelton, de 44 años, acusado de vender a Moscú "información muy importante y clasificada", entró ayer en su recta final en un tribunal de Baltimore. Su defensa alega que este espía; que sólo ganaba 24.500 dólares al año en la NSA -un organismo supersecreto, aunque emplea a 60.000 personas, es más importante que la CIA y se dedica a interceptar y descifrar las comunicaciones de los potenciales adversarios de EEUU-, fue engañado por el FBI, que le detuvo en noviembre.
Su traición significa una grave pérdida para el espionaje norteamericano y comprometió una compleja y costosa operación, que utilizaba una tecnología muy avanzada, para interceptar las comunicaciones de la Marina y del alto mando soviéticos. Moscú logró, al parecer, suficiente información, lo que le permitió probablemente variar su sistema de comunicaciones. El juicio de Pelton ha provocado un debate sobre hasta dónde puede llegar la libertad de información sin revelar secretos que afecten a la seguridad nacional y ha desatado un conflicto entre la Administración y la Prensa.
El fiscal, la defensa y los periodistas han acordado una autocensura para no perjudicar a la seguridad nacional.
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