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El buque 'Sirius', de Greenpeace, seguido por una fragata de la Armada tras serle prohibida la entrada en el puerto de Málaga

"La fragata Princesa nos está siguiendo a una milla de distancia desde que salimos de la bahía de Málaga, hará de esto unas cinco horas, aunque en ningún momento se ha comunicado con nosotros", afirmó ayer desde el Sirius, en conversación telefónica con EL PAÍS, Xavier Pastor, presidente de Greenpeace en España. El Sirius había salido de la bahía malagueña a media tarde de ayer tras serie prohibido atracar en este puerto por la Comandancia de Marina. El buque ecologista se encontraba fondeado en la bahía de Málaga desde la madrugada del domingo, (cuando llegó procedente del mar de Alborán, donde había interceptado al barco coralero Ricomar, cuando se dedicaba a la pesca del coral utilizando el método de la barra italiana o arrastre horizontal.

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Según los ecologistas en ningún momento pudieron hablar con la Comandancia de Marina, sino que fueron los prácticos del puerto quienes les comunicaron la prohibición cuando pidieron permiso para desembarcar "porque esperaban instrucciones de la capitanía general de la zona".Xavier Pastor añadió que el Sirius se encontraba en aquel momento -alrededor de las 20.30 de ayer- a la altura de la costa de Motril y que todavía no se había decidido si se dirigiría a Palma de Mallorca o a Valencia.

Por su parte, la Comandancia de Marina de Málaga, ante la insistencia de este diario en busca de información sobre la situación del Sirius, se limitó a decir que éste había zarpado de la bahía malagueña a las cuatro de la tarde de ayer.

El Sirius se encontraba fondeado en la bahía de Málaga desde la madrugada del sábado al domingo, cuando llegó a la zona procedente del mar de Alborán. Allí había interceptado, en la tarde del sábado al barco coralero Ricomar, con base en Adra (Almería), que, en esa zona del Mediterráneo, se dedicaba a la pesca del coral utilizando, el método de la barra italiana o arrastre horizontal. Este método está legalizado en España y es continuamente denunciado por los ecologistas, que consideran que esquilma los fondos marinos, destruyendo la flora y la fauna allá donde se utiliza.

La intercepción del Ricomar se produjo durante la tarde del sábado, cuando cuatro tripulantes del Sirius, a bordo de dos lanchas tipo Zodiac, se colocaron junto al casco del barco coralero almeriense. Los ecologistas encargados de efectuar la operación fueron la irlandesa Grace O'Sullivan, el alemán Joaquin Alhoonfelder, y los españoles Ricardo Samarinaga y Xavier Pastor. De estos dos últimos, el primero es el tripulante más joven del Sirius, de 22 años, y el segundo, biólogo de 35 años, el presidente de Greenpeace en España. Según los ecologistas, fueron los dos últimos citados quienes se colgaron de la barra italiana que en ese momento el buque coralero estaba izando del fondo del mar, mientras los otros dos pilotaban las Zodiac. Allí permanecieron colgados varios minutos para evidenciar el uso de este tipo de pesca en el mar de Alborán y protestar contra él.

Sumergió la barra

Una vez constatada la actitud de protesta de los ecologistas, el Ricomar volvió a sumergir la barra italiana en el agua, con evidente peligro para los ocupantes del artefacto, que hubieron de aguantar el arrastre del agua y volver a nado hasta las lanchas. El Ricomar incrementó entonces su velocidad, emprendiendo camino hacia la isla de Alborán y provocando el vuelco de una de las lanchas con su tripulante. Una vez conseguido el cese de la actividad del coralero y su huída de la zona de pesca del coral, los ecologistas decidieron dar por terminada la acción y de nuevo poner rumbo a Málaga.

Esta es la tercera acción realizada por la tripulación del Sirius desde que hace dos semanas iniciara la campaña Mediterráneo 86. El día 16, la joven irlandesa Grace O'Sullivan, de 23 años, abordó en el Estrecho de Gibraltar al mercante Mediterranean Shefwater, cargado de combustible nuclear irradiado, para poner de manifiesfo la vulnerabilidad de este tipo de cargamentos, calificados por los ecologistas como "Chernobiles flotantes".

La segunda de estas acciones fue la realizada a primera hora de la mañana del viernes frente a la costa malagueña. Ésta consistió en arrojar 40 arrecifes artificiales a seis millas al este de Málaga y a una profundidad de entre 10 y 30 metros, en una zona vedada a la pesca de arrastre. Esta acción iba encaminada a denunciar la pesca de inmaduros, habitual en la zona, y a poner de manifiesto la utilidad de la instalación de arrecifes artificiales para incrementar los recursos pesqueros. Según Pastor, el tema del coral merecería una investigación independiente.

Sobre las declaraciones del subbsecretario de pesca, de que se estaba utilizando una variante de la barra italiana o horizontal, a la que llamó vertical, Pastor indicó que con su acción del sábado dejaron bien claro que se trataba de tina barra vertical. "Cuando denunciamos un tema", añadió, "procuramos informarnos concienzudamente, y en este caso llevamos más de dos años hablando con la gente de la zona, con antiguos patrones de barcos coraleros y entre otras cosas, incluso con la actua reglamentación, hay varios punto, que por lo menos se deberían investigar. Hay cuatro licencias pero sospechamos que a menudo hay hasta seis barcos recogiendo coral, el coral no se pesa, por lo que no se sabe la cantidad extraida y se tira la barra a profundidades muy inferiores a los 120 metros permitidos".

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