El fiscal pide el indulto para el delincuente guipuzcoano rehabilitado

El fiscal de la Audiencia Provincial de San Sebastián, Javier Zaragoza, solicitó ayer el indulto total para Jorge Urbieta Etxabe, el veterano delincuente guipuzcoano que ha logrado su rehabilitación personal trabajando durante los últimos tres años en la Comunidad de Traperos de Emaús, de Bilbao, asociación humanitaria, y que está acusado de dos atracos perpetrados con anterioridad a este período.

La propuesta del indulto, expuesta por el representante fiscal inmediatamente después de solicitar formalmente para el acusado una pena de cinco años, cuatro meses y un día de prisión, fue recibida con alborozo entre el numeroso público, compuesto en su mayor parte por miembros de asociaciones dedicadas a la reintegración de los marginados sociales.El juicio, que quedó visto para sentencia a media tarde, contó con la presencia del obispo auxiliar de Bilbao, Jorge Uriarte, quien testificó avalando la rehabilitación del procesado. "Después de estudiar el caso durante bastante tiempo", indicó, "he llegado a la certeza moral de que, si la rehabilitación significa la normalización de la conducta, ser socialmente útil, mejorar la propia autoestima, vivir con la satisfacción de vivir y tener una, motivación. digna, tengo que decir que Jorge Urbieta está rehabilitado".

El obispo auxiliar de Bilbao señaló, a preguntas de la defensa, que el regreso de Jorge Urbieta a la cárcel significaría truncar el delicado proceso de reconstrucción de su personalidad y afirmó que el ejemplo que el acusado ofrece a los jóvenes marginados que acuden, a la Comunidad de Traperos de Emaús es mucho más eficaz y elocuente que todos los tratados de rehabilitación.

La defensa, ejercida por el abogado donostiarra Íñigo Iruín, abrumó a la sala con los testimonios directos y con los informes presentados, entre otros organismos, por la Viceconsejería de Bienestar y Seguridad Social del Gobierno vasco, el obispado de Bilbao y la Asociación de Derechos Humanos del País Vasco. Unos y otros certificaron la intachable conducta de Jorge Urbieta desde su ingreso en la Comunidad de Traperos de Emaús y subrayaron el hecho de que el procesado disponga de un poder notarial que le faculta para administrar el dinero y el resto de los bienes de la asociación.

Los testimonios expuestos en el juicio componen una imagen dramática del acusado. Fue abandonado por su madre a las pocas horas de nacer y, desde entonces y hasta los 14 años, en que inició su carrera delictiva, recorrió numerosas instituciones, correccionales y benéficas. A los 15 años fue encarcelado al falsear su edad ante la policía y, después, su vida discurrió entre la estancia en prisión y breves períodos de excarcelamiento.