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EE UU boicotea las actividades del Fondo, al que acusa de fomentar el aborto

ENVIADO ESPECIAL, Las relaciones entre FNUAP y EE UU atraviesan una etapa difícil desde la conferencia de México de 1984, en la que se registraron fuertes debates sobre la planificación familiar y en la que también se condenó determinadas políticas de asentamientos urbanos, en clara referencia a los establecidos por el Estado de Israel en los territorios árabes ocupados.

En septiembre de 1985, la Administración Reagan anunció su intención de no pagar 10 millones de dólares de los 46 previstos como contribución anual al Fondo, alegando que una parte de ellos iba destinada a financiar programas de control de la natalidad en la República. Popular China, en los que estaban incluidos "abortos coercitivos".

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Los habitantes de las ciudades superarán en los próximos años al resto de la población mundial

La asignación de los EE UU suponía hasta ahora alrededor de una cuarta parte del presupuesto del Fondo, que se nutre de las aportaciones voluntarias de los países miembros.

En un informe paralelo al del estado mundial de la población, difundido ayer por el propio FNUAP y firmado por su director ejecutivo, Rafael M. Salas, se afirma que EE UU dio un giro en su política de apoyo a las tesis defendidas por este organismo internacional tras la conferencia de México al sostener que "el crecimiento de la población es, en sí mismo, un hecho neutral" y que lo importante es incrementar la ayuda económica, a través del fomento de la libre empresa a los países subdesarrollados, más que fomentar programas de control de la población. "En definitiva, la Administración Reagan discrepa", según Salas, "de la tesis de que no existe una crisis global de población que precise de la intervención de los gobiernos para racionalizar su crecimiento".

Tras la resolución de México, en la que se exhortaba a los países en vías de desarrollo a establecer políticas de control demográfico, EE UU inició, según Salas, una campaña contra el Fondo en la que se acusaba a la institución de dar soporte a prácticas abortivas en los países subdesarrollados. Salas desmintió tal hecho basándose en informes de expertos del FNUAP.

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