Los habitantes de las ciudades superarán en los próximos años al resto de la población mundial

ENVIADO ESPECIAL, Es necesario que los Estados adopten de forma decidida políticas demográficas que favorezcan la disminución de la natalidad, según la principal recomendación que hace el informe anual sobre el Estado mundial de la población, que ayer presentó en Londres el filipino Rafael M. Salas, director ejecutivo del Fondo de las Naciones Unidas para las Actividades en Materia de Población (FNUAP). Salas definió el informe como "sobrio" y "no alarmista", de acuerdo con la "tradicionalmente mesurada actuación del Fondo", pese a que las expectativas de crecimiento urbano son preocupantes: en los próximos años la población que vive en las ciudades alcanzará la mayoría absoluta sobre la mundial y la mayor parte de las concentraciones se producirá en las grandes megalópolis de los países en vías de desarrollo. En el año 2000, de las 20 mayores ciudades del planeta, 17 se encontrarán en países del Tercer Mundo.

Salas destacó la importancia del factor demográfico en la formación y resolución de buena parte de los problemas urbanos, especialmente en el Tercer Mundo. Para el FNUAP, "'el rápido crecimiento de la población, la pobreza individual y la escasez de fondos públicos dificultan la mejora de las condiciones de vida de las familias pobres, urbanas, cuya precaria situación retrasa a todo el país". En este sentido el informe añade que "la urbanización no constituye una ventaja", ya que este fenómeno supone un proceso masivo de inmigración que vacía la capacidad productiva de las áreas rurales y lleva a. las ciudades a convertirse en "estructuras de cartón piedra incapaces de soportar un proceso autosostenido de industrialización".Junto a la necesidad de potenciar medidas de planificación. familiar -que ya generaron importantes controversias entre Estados en la conferencia mundial sobre población celebrada en México en 1984- el informe,del Fondo recomienda realizar también, especialmente en los países del Tercer Mundo, una política destinada a reducir y disuadir los movimientos migratorios hacia las ciudades, pese a que reconoce que esta medida es de aplicación política mucho más difícil.

El estudio indica, en este sentido, que una tercera parte del crecimiento actual de las grandes ciudades se debe al fenómeno migratorio, mientras que el resto se debe a los índices de fertilidad. Esta proporción, sin embargo, puede llegar a invertirse en ciudades del Tercer Mundo, como, por ejemplo, Manila, cuyo crecimiento durante la década de los 60 se debió en un 55% a las oleadas migratorias.

La combinación. de los procesos de migración y del aumento de la natalidad natural provocará que en el año 2.000 existan ciudades como México D F, con una población estimada de 26,3 millones de personas, San Pablo (Brasil), con 24 millones, o Calcuta, en la India, con 16,6 millones de habitantes. Tan sólo tres ciudades occidentales y sus áreas metropolitanas -Tokio (17,1 millones), Nueva York (15,5 millones) y Los Ángeles (11,2 millones)- se situarán al final del milenio entre las 20 mayores metrópolis del mundo.

Calidad de vida

Al insistir sobre la necesidad de la planificación fámiliar, el informe indica la conveniencia de que ésta se realice, tanto en las comunidades rurales como en las urbanas, .especialmente entre la población potencial o realmente migratoria, que ofrece un espíritu y un compromiso más ambicioso para mejorar sus condiciones de vida en la ciudad".

El Fondo sugiere a los gobiernos que realicen una política de mejora de la calidad dé vida en las ciudades en materia de salud, vivienda y enseñanza "en la que la reducción del número de hijos pueda percibirse como una ventaja para toda la familia".

Salas señaló que el fondo ha marcado tres objetivos básicos para el desarrollo urbano: la eficacia económica, la equidad social y el equilibrio demográfico. El informe precisa que "la solución de muchos problemas urbanos sólo será posible mediante la eficiencia económica y un amplio crecimiento de las fuerzas productivas", y, en es te sentido, el Fondo añade que "el crecimiento económico es esencial para cualquier solución de los problemas urbanos, al igual que el fomento de la equidad social, mediante la igualdad de oportunidades para toda la población".

Salas insistió en que el problema debe ser resuelto "instrumentalizando al máximo soluciones técnicas que eviten en lo posible la confrontación política".