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El Estado ha dejado sin realizar la cuarta parte de las inversiones públicas que tenía presupuestadas para 1985

Unos 361.500 millones de pesetas, la cuarta parte de los presupuestos estatales de inversiones para 1985, han quedado sin utilizar, según datos de Hacienda. En caso de haber cumplido todas las previsiones, el déficit oficial del Estado habría rebasado el objetivo del Gobierno en un 2% del producto interior bruto (PIB), y no sólo en el 0,8% admitido hace varias semanas. Aunque el Ejecutivo quiso relanzar las inversiones a mediados del año pasado, la moderación de éstas ha sido nuevamente el principal factor de control del desequilibrio entre gastos e ingresos.

Los pagos ordenados por el Estado para atender inversiones públicas ascendieron durante el pasado año a 1,16 billones de pesetas, con aumento del 20,5% sobre los del año anterior. Pero el grado de cumplimiento de los dos presupuestos anuales ha sido similar: sólo las tres cuartas partes.La baja realización de 1984, cuando la inversión pública empezó a reducir su peso en el conjunto de la actividad económica, ha permitido en 1985 mostrar aumentos en cifras absolutas y relativas. Los presupuestos aprobados por las Cortes para 1985 ya moderaban las inversiones. No obstante, la incorporación de remanentes, la ampliación de algunos créditos y la aprobación de otros con carácter extraordinario situó durante el año el montante total de los presupuestos en unos 300.000 millones de pesetas por encima de los 1,22 billones iniciales.

En lugar de utilizar en 1985 los recursos asignados tras dichas modificaciones, que totalizaron 1,52 billones de pesetas, el Estado ha invertido sólo 1,16 billones, según las estadísticas de pagos ordenados. Esto representa el 76,3% de todo lo presupuestado. En, 1984 el grado de realización había sido del 74,8%.

Como ya ocurrió entonces, haber dejado de invertir 361.500 millones de pesetas ha evitado que el déficit estatal aumentara en otro 1,3% del producto interior bruto. La diferencia admitida por Economía y, Hacienda entre gastos e ingresos del Estado ascendió el año pasado a un 5,8% de dicho producto, es decir, 5,8 de cada 100 pesetas producidas en toda España.

Por tanto, la contención de las inversiones públicas -criticada en los dos últimos años por la patronal CEOE y por grupos parlamentarios de izquierda y derecha, sobre todo porque afecta a la disponibilidad de infraestructuras- ha sido nuevam ente el principal factor de control del déficit.

Sólo la compra de bienes y servicios ha tenido menor nivel de realización respecto a lo presupuestado (el 71,2%), aunque su dotación representa menos de una sexta parte de aquéllas. En cambio, los pagos ordenados para transferencias a otras administraciones (más del doble que las inversiones y una tercera parte de todos los presupuestos del Estado) se han cumplido al 97%, las remuneraciones de personal al 94,5% y los gastos en intereses de la deuda al 89%.

Transferencias de capital

Dentro del presupuesto inversor, las transferencias de capital -dinero entregado a empresas públicas u otras administraciones para que lo inviertan ellas- han tenido mayor grado de realización (78,2%) que las inversiones reales o directas (73%). Los pagos por inversiones reales ascendieron a 410.366 millones de pesetas, el 11,1 % más que en 1984. En cambio, los de transferencias fueron 753.250 millones, un 26,2% superior al año anterior.

No obstante, la aceleración de las inversiones públicas de 1985, que decidió el Gobierno hace ahora un año para contrarrestar una coyuntura entonces deprimida, parece haber animado algunos programas de ejecución. En términos de obligaciones reconocidas la situación inversora es algo mejor que en pagos realizados: el año cerró al 78,1% del total de inversiones reales, según recoge el cuadro adjunto.

En este cuadro destacan entre los mínimos Trabajo, y Seguridad Social y Economía y Hacienda, al parecer porque sus programas de instalación de administraciones han encontrado demoras en la compra y acondicionamiento de edificios.

Medida por los compromisos de gasto, la ejecución ha sido del 90%, lo cual puede compensar en los primeros meses de 1986 parte del bache provocado por el hecho de que el Ejecutivo recortara las inversiones en los Presupuestos del Estado para el presente año.

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