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EL VIAJE DE LOS REYES AL REINO UNIDO

MacMillan invistió al Rey doctor 'honoris causa' en Derecho por la universidad de Oxford

ENVIADO ESPECIALEl rey Juan Carlos fue investido ayer doctor honoris causa en Derecho Civil por la universidad de Oxford, en un solemne acto presidido por el canciller de la universidad, Harold MacMillan, conde de Stockton, ex primer ministro de la Corona británica y que el pasado 10 de febrero cumplió 92 años. Don Juan Carlos anunció que en un futuro próximo "se establecerá, en el Exeter College, gracias a la desinteresada contribución de benefactores británicos y españoles, una nueva cátedra de español, bajo el patrocinio de la reina Sofía, y que llevará el nombre de ésta. El Rey afírmó: "Con esta institución se renovará en Oxford el interés por nuestra lengua y nuestra cultura, que constituye ya un rasgo secular de estos venerables claustros".

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El 23-F, en latín

Don Juan Carlos manifestó que recibía el título "como prueba de respeto y amor a España y como reconocimiento de los tan importantes vínculos" que su patria "ha mantenido y debe mantener siempre con el Reino Unido". Dijo también que entendía el doctorado por Oxford "como sagrada muestra de entendimiento entre dos viejas culturas europeas".Además del ministro de Exteriores, Francisco Fernández Ordoñez, que acompaña a los Reyes en su visita oficial al Reino Unido estuvo presente en la ceremonia el ministro de Educación, José María Maravall, ataviado con la toga que acredita su estancia en Oxford. Los Reyes llegaron a Oxford en helicóptero desde su residencia en el castillo de Windsor poco después de las 10.30 horas.

El cortejo académico, con todo el rigor y la pompa que la universidad confiere a estos actos, atravesó lenta y ceremoniosamente el claustro del Souls College, para dirigirse al paraninfo. La lentitud la impuso MacMillan que, apoyado en un bastón y entre gestos de comprensión y ayuda por parte del Rey, avanzaba con enorme dificultad precedido por el séquito académico. Al llegar a la presidencia, fue necesario izarlo materialmente hasta el gran sillón de canciller que dominaba la sala.

Don Juan Carlos vestía la toga de doctor, de color rojo y morado, y llevaba en la mano el birrete correspondiente a la dignidad académica que recibía. La reina Sofía, con un traje de tono rojo y lunares blancos, fue conducida hasta su lado para sentarse en un banco, situado junto al del gran canciller.

MacMillan abrió el acto con unas palabras rituales en latín, después de que el órgano del College interpretase, con ritmo extraordinariamente solemne, los himnos nacionales de España y del Reino Unido. El relator leyó el nombramiento también en lengua latina. Sin duda sus 92 años traicionaron por un momento a Harold MacMillan que, al concluir la lectura del acta de nombramiento, en un gesto mecánico, entregó al Rey el diploma correspondiente, mientras el protocolo señalaba que primero debía pronunciar unas palabras.

MacMillan improvisó un discurso salpicado del más proverbial humor británico. Comenzó diciendo: "Uno de mis predecesores afirmó que es privilegio de los hombres crear precedentes; yo voy a crear uno al hablar después de conceder el título". Don Juan Carlos sonreía y hacía gestos de clara complacencia al anciano estadista.

MacMillan recordó que han existido relaciones muy estrechas entre los dos países, "algunas veces de amigos y otras de enemigos", dijo, y añadió que "el pueblo británico no siempre ha tenido excesiva consideración con los españoles, porque piensa que tienen sus mismas cualidades. Un pueblo duro, pero decidido a hacer lo que desea". El canciller agregó que los españoles tienen "un carácter muy fuerte" y por eso hay "una cierta similitud" entre los nacionales de ambos países.

"Usted y su coraje"

Dirigiéndose al rey don Juan Carlos, el ex primer ministro británico aseguró: "Usted asumió su puesto en un momento muy difícil. No hay tiempo más dificil que el de una transición y usted y su coraje han hecho posible esta transición. Admiramos la fuerza con que ha estabilizado la democracia parlamentaria, además de su decisión de proteger la Constitución".

El Rey, leyó un discurso en castellano, en el que, fundamentalmente, se refirió a las largas e importantes relaciones entre España y la Universidad de Oxford, desde 1230.

Tras recordar que su abuelo Alfonso XIII recibió el mismo título de doctor en el año 1926, don Juan Carlos explicó a los asistentes las relaciones culturales de la universidad y España y mencionó entre otros, a Juan Luis Vives para terminar con Salvador de Madariaga, Severo Ochoa y al "eminente, traumatólogo catalán José Trueta".

El rey Juan Carlos concluyó su discurso diciendo que recibía el doctorado "en este momento en que España se incorpora política y jurídicamente a una comunidad europea a la que histórica y culturalmente siempre hemos pertenecido; en el momento en que la CE tiene ante sí un ambicioso proyecto llamado precisamente Erasmus por restableder una tradición existente en la época del insigne humanista".

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