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La Biblioteca Nacional será lugar de investigación más que de lectura

Comienza la reforma de la institución, que prevé un incremento de la plantilla

La reforma de la Biblioteca Nacional incluye el incremento de la plantilla en 112 personas -en la actualidad hay 250-, mayor disponibilidad para la investigación y una serie de obras en el edificio que culminarán en 1992, con ocasión del quinto centenario: un siglo después de que la biblioteca ocupara su actual edificio, en el paseo de Recoletos, de Madrid. La reforma había sido anunciada en un primer proyecto para finales de 1985 y fue presentada ayer por el ministro de Cultura, Javier Solana, en conferencia de prensa.

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Un alivio, no un remedio

"Sin duda, llevamos mucho retraso", dijo Solana cuando se le sugirió que quizá incrementar el personal de la institución en 112 personas (de ellos, 52 titulados superiores) sea insuficiente para solventar carencias bastante graves. Por ejemplo, en la sección de Bellas Artes trabaja sólo un titulado."El país que tenemos es el que tenemos", señaló Javier Solana, antes de subrayar reformas emprendidas por este Gobierno, como el aumento de la superficie del Museo del Prado. Recordó que este Gobierno ha incrementado el presupuesto cultural hasta cerca del 1% del producto interior bruto (nivel de muchos países desarrollados), y sugirió que la tendencia a la resta en el presupuesto cultural es generalizada; por ejemplo, el recorte del presupuesto de la Biblioteca del Congreso, en Estados Unidos. (En 1984, el presupuesto de com pra de libros en esta biblioteca fue de 40.650 millones de pesetas.)

El nuevo organigrama incluye un director, que ya no será vitalicio, y un gerente, que descargará de la labor técnica al primero. El director será propuesto en el próximo Consejo de Ministros. Persiste la incógnita de si será un bibliotecario, como desea un sector de la casa, un técnico o una personalidad de prestigio con la que defienda y lleve a término la reforma.

Se emprende igualmente una reforma tecnológica, que prevé la automatización de la Bilioteca Nacional, que terminará hacia 1989, y el Plan Informático de Bibliotecas del Estado, lo que permitirá disponer de una red de bibliotecas interconectadas.

Los estudiantes, a otra parte

Las obras para el acondicionamiento del edificio durarán unos siete años, con una inversión que se calcula en unos 2.000 millones de pesetas. Estas reformas obligan a la creación de una Biblioteca Nacional de Préstamo (cuya función es prestar libros a otras bibliotecas) en un terreno de 13 hectáreas cedido por la universidad de Alcalá de Henares. Esta obra, que durará cuatro años, costará 1.500 millones de pesetas.Lo que más incidirá en las costumbres de la mayor parte de los usuarios de la Biblioteca será la instalación de las salas de lectura en la antigua facultad de Medicina, en la calle de Atocha, al lado del futuro Centro Cultural Reina Sofía. Ha terminado por imponerse así la tesis de que una Biblioteca Nacional no es una biblioteca para que estudien los universitarios -que la utilizan porque no disponen de lugar adecuado-, y debe ser en cambio depósito del patrimonio escrito y lugar de investigación. En los meses de junio y septiembre, tiempo de exámenes, las largas colas de estudiantes a la puerta de la Biblioteca obligaban a concentrar los esfuerzos de los funcionarios de la casa, y la escasa investigación llevada a término quedaba paralizada.

Uno de los objetivos de la reforma es la difusión de los fondos, que constituyen una de las mejores colecciones del mundo. Y ello a través de catálogos, una bibliograrla española completa, y la consulta directa para la investigación. Solana citó los recientes ejemplos de exposiciones organizadas en el exterior con fondos excepcionales.

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