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El Gobierno espera que la inversion crezca este año un 7%, y el consumo, otro 2,5%

El Gobierno ha revisado al alza el cuadro de objetivos para 1986. Si la inversión aumenta este año un 7% y el consumo privado otro 2,5%, el producto interior bruto (PIB) crecería durante 1986 el 3% y permitiría crear más de 100.000 empleos netos, según expuso ayer en el Congreso de los Diputados el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga. A su juicio, la política económica del Ejecutivo que surja de las próximas elecciones, "que es previsible que sea el mismo% no diferirá, de la actual. Encajar la concertación en los presupuestos del Estado para 1987, liberalizar más el sistema económico y proseguir la reconversión por los sectores de refino y minería del carbón fueron algunos de los nuevos objetivos anunciados.

Además de hacer un balance del año 1985 a la luz de la política seguida en los últimos tres años, el ministro dijo que, por la información disponible hasta el momento, parece razonable cumplir las nuevas previsiones del Gobierno para 1986. Estas confluyen en elevar el crecimiento real de la actividad económica desde el 2,1% de 1985 hasta un 3%, magnitud similar a la previsión media de la Comunidad Europea y de la OCDE. Pero no descartó que la bonanza internacional deje corto el objetivo.La reconsideración de las previsiones oficiales parte de una mejora de expectativas para la inversión y para el consumo, que se elevarían este año desde el 5,5% al 7% y desde el 1,5% al 2,5%, respectivamente. Ambas protagonizaron el principal cambio macroeconómico de 1985, al sustituir a las exportaciones como motor del crecimiento. Según Solchaga, las inversiones en bienes de equipo siguen ahora creciento y podrán alcanzar una subida media del 8%, al tiempo que también se observa el relanzamiento de la construcción. La producción de bienes de consumo también parece alta, pese a que el ejercicio empezó con una desaceleración de los consumos duraderos, como automóviles, que aumentaron mucho al terminar 1985.

También el sector exterior mejorará su balance, quizá hasta duplicar el saldo favorable de la balanza por cuenta corriente (intercambios de mercancias, servicios y transferencias), que podría situarse en el 3,4% del PIB. Aunque las exportaciones podrán crecer el 3,870, las importaciones se incrementarían un 6,3%; en mercancias, un 80% de las, compras podrían ser pagadas con las ventas. Pero los problemas que plantea el excedente de la balanza de pagos (ahorrar en beneficio del exterior, presiones indeseadas para que se aprecie la peseta, o aumento de la liquidez interior que complica el control antiinflacionista de la masa monetaria) no preocupan al Gobierno, "que puede esterilizar el superávit por cuenta corriente con un déficit en las cuentas de capital", contestó el ministro a la oposición.

Críticas de la oposición

Tras reconocer que "subsisten los problemas de inflación, control del déficit público y de empleo", el ministro aseguró que "hay consenso en todo el mundo sobre las posibilidades de salir de la crisis". En este sentido, definió 1986 como "de transición hacia tasas de crecimiento superiores", en un entorno internacional más favorable".Este fue el núcleo en torno al cual giraron las críticas y preguntas de la oposición. Tanto el Grupo Popular como el centrista censuraron especialmente el aumento del déficit público. También coincidieron en atribuir la mejora de la coyuntura al nuevo contexto internacional, por la caída del dólar y el descenso de los tipos de interés, del petróleo y las materias primas.

El déficit y el futuro

Después de recordar que hay un amplio consenso en que 1986 terminará con el 8% previsto de inflación, el ministro negó al diputado conservador Rodrigo Rato que haya aumentado o vaya a crecer el diferencial de precios con la OCDE. Si descontamos el efecto del IVA, tendremos de 3 ó 3,5 puntos más, como a finales de 1985, según sus cálculos. También dijo que, sin la subida de enero, la tasa anual de aumento de los precios es del 5,2% y probablemente "en enero de 1987 habrá bajado el diferencial de inflación con la CE".Por estos datos y los avances de recaudación, Solchaga se manifestó "francamente" satisfecho ante la implantación del IVA sin control de precios y con "un mínimo de tráumas". Pero agregó que, "hoy por hoy, las impresiones favorables sobre su recaudación no tienen fundamento; habrá que esperar 10 ó 12 días para conocer los datos sobre la primera declaración trimestral de profesionales y pequeños y medianos empresarios, pues de momento sólo se conoce que el ingreso neto de devoluciones a cargo de las 6.700 grandes empresas ha sido de 90.000 a 92.000 millones de pesetas, lo que permite esperar una recaudación anual por este concepto de 1,1 billones.

Frente a las opiniones de que el déficit público ha crecido, Solchaga dijo que la prueba de su control es que no ha presentado problemas, al aumento de la financiación a las empresas, pese a que ha bajado la inflación y se ha corregido el desequilibrio exterior. Rechazó también las acusaciones de aumentar las plantillas de funcionarios; el aumento de 134.000 observado por el Instituto Nacional de Estadística no ha procedido del Estado ni de la Seguridad Social, cuyas plantillás bajaron en 38.000 personas.

Tareas pendientes

Tras discrepar de que la política, económica haya cambiado cuatro veces desde 1982, el ministro afirmó que debe ser mantenida en los próximos años, aunque con ligeras matizaciones: menos dureza en la moderación salarial, incidir en la liberalización del sistema financiero y del movimiento de capitales, terminar con el ajuste de varios sectores, iniciar el de otros -citó como ejemplo las refinerías, donde habrá pocos problemas, y la de la minería del carbón, donde sí se esperan difícultades-,y contribuir desde los Presupuestos del Estado a una concertación social que baje los costes de las indemnizaciones por despido, flexibilice el salario mínimo de entrada al mercado, suprima las ordenanzas de trabajo y vincule el salario a la productividad más que a la antiguedad.

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