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VIOLENCIA EN EL MEDITERRÁNEO

La 'cumbre' árabe de apoyo a Libia sigue paralizada por diferencias sobre el orden del día

Antonio Caño

Los países árabes no han- conseguido superar todavía las diferencias sobre el orden del día de la cumbre de jefes de Estado solicitada por varios países para buscar una reacción común tras el ataque de Estados Unidos contra Libia. Todos los Gobiernos están oficialmente dispuestos a reunirse, pero en condiciones distintas, con lo que la cumbre está todavía en el alero.

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Un grupo de países cree que la situación no está, por el momento, madura para realizar la cumbre ordinaria que se viene aplazando desde que hace más de dos años se suspendió la convocatoria de Riad (Arabia Saudí). Estos países, entre los que se encuentran Libia, Argelia y Siria, proponen una cumbre extraordinaria para debatir exclusivamente sobre "la agresión de Estados Unidos contra el territorio de la Yamahiria".Los países del Golfo, Irak y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) son partidarios de una conferencia en la que se traten "todas las agresiones contra el pueblo árabe". Detrás de esta posición está, por un lado, la resistencia a otorgar a Muamar el Gaddafi un papel protagonista que pocos en el mundo árabe desean, y por otro, la intención de introducir en las discusiones la guerra iranoiraqui.

Sustancialmente se trata de la misma división entre el sector moderado y el grupo de rechazo que afecta desde hace años a la Liga Árabe, con la diferencia en esta ocasión de que la OLP, que desde hace tiempo mantiene mejores relaciones con Bagdad y Riad que con los países radicales, adopta una posición similar a los primeros.

Las diferencias actualmerite son más graves de lo que pueden aparentar. Ni Irak, ni Arabia Saudí, ni otros países de sus órbitas, como las monarquías del Golfo, Túnez o, tal vez, Marruecos -todos ellos en buenas relaciones con Estados Unidos- parecen dispuestos a celebrar una cumbre que se convierta en un foro para el éxito personal de Gaddafi. Según fuentes árabes, el máximo ofrecido por Arabia Saudí es un orden del día que íncluya "todas las agresiones contra el territorio árabe, particularmente contra Libia".

En estas condiciones resulta optimista pensar incluso que la cumbre se pueda celebrar a mediados de la próxima semana. Como sede, la capital tunecina es la que contaba ayer con mayores probabilidades, por su condición de neutralidad en los conflictos interárabes. Libia, sin embargo, no quiere que la reunión se desarrolle en un país que no ha dado ni una simple muestra de solidaridad verbal con su situación. La última cumbre ordinaria de la Liga Árabe se celebró en la ciudad marroquí de Fez en 1982. El año pasado se reunieron de forma extraordinaria los jefes de Estado árabes en Casablanca.

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El análisis de Ibrahimi

El argelino Lalibe Ibrabimi, secretario general adjunto de la Liga Arabe, cree que "existen muchos problemas que deben ser tratados en una cumbre", y espera que los países árabes "superen las diferencias y la reunión se pueda convocar".Ibrahimi estima que la división actual no sólo "daña la imagen del pueblo árabe en el mundo, sino que contribuye a debilitarlo". El ataque norteamericano contra Libia es, a juicio del secretario general adjunto de la Liga, "la consecuencia de esa debilidad". "Si el mundo árabe estuviera más unido, Estados Unidos hubiera reflexionado mucho antes de emprender una acción de ese tipo".

Pese a todo, según Lalibe Ibrahimi, éste es un momento idóneo para acabar con esa división, porque, según él, todos los países, tanto radicales como moderados, están en contra de los métodos empleados por la Administración norteamericana. "Puede que algunos países árabes hayan dicho a Estados Unidos cualquier cosa contra Gaddafi, pero nadie ha podido pedir esta estúpida agresión", dice. "Los, norteamericanos podrían sorprenderse si supieran lo que comentan en privado los dirigentes de los países moderados".

Ibrahimi asegura que "nadie en la Liga Árabe pone la menor objeción a la necesidad de luchar contra el terrorismo, y el secretario general, Chadli Klibi, ha dicho a los países europeos que está dispuesto a colaborar para erradicar la violencia". "Queremos sentarnos tranquilamente para hablar de todas las causas del terrorismo, y el terrorismo árabe se produce por la desesperación que trae consigo determinadas situaciones políticas. Por tanto, si se quiere luchar contra el terrorismo hay que luchar contra esas causas. ¿Qué puede esperarse que hagan los hermanos de los jóvenes muertos en el bombardeo del cuartel general de la OLP realizado por Israel y aplaudido por Estados Unidos? ¿Qué puede esperarse que hagan los jóvenes libaneses que ven a su país invadido por Israel, con dinero, con armas y con el respaldo de Estados Unidos? Si queremos que acciones como la del Achille Lauro o las de los aeropuertos de Roma y Viena no se repitan, si queremos eliminar esas acciones aisladas, desesperadas, estúpidas, criminales, es necesario eliminar primero las causas".

Sobre la supuesta relación de Libia con el terrorismo, Ibrahimi comenta: "Libia no hace nada diferente al resto de los países árabes: apoyar la lucha del pueblo palestino". El alto funcionario árabe no quiere especular sobre qué sector de la resistencia palestina apoya a Trípoli, pero afirma que "mientras no se solucionen los problemas pendientes existirá Abu Nidal".

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