La residencia militar Castillejos, de Zaragoza, abierta de nuevo tras el brote de 'Iegionella'

La residencia militar Castillejos, de Zaragoza, reabrirá hoy sus instalaciones después de haber permanecido cerrada desde el pasado 28 de febrero, a raíz de detectarse un brote de legionella, que ocasionó la muerte de un oficial y de que otros cinco militares resultaran afectados. La residencia ya estuvo clausurada tres meses, en 1983, al producirse otro brote que afectó a más de 80 personas, de las que fallecieron seis.Una comisión sanitaria, tras inspeccionar las instalaciones, ha aplicado un plan de trabajo, siguiendo las directrices de la Organización Mundial de la Salud, para controlar el foco y determinar el origen de la enfermedad. Como consecuencia de la inspección realizada y de los análisis de las muestras tomadas, un total de 400, se procedió por una empresa especializada a "la desinfección y tratamiento de toda la red hídrica y de los locales con sistemas y productos adecuados", según fuentes militares. Se procedió asimismo "a la hipercloración y a la modificación del sistema de caldeo para garantizar temperaturas superiores a los 80 grados en los depósitos". Los expertos creen que el posible origen del brote epidemiológico pudo estar en el agua estancada en las tuberías de las habitaciones de menor uso.

Tras dichos tratamientos, se efectuaron análisis de nuevas muestras, las cuales, según certificación de Rafael Gómez Lus, jefe del departamento de microbiología del hospital Clínico Universitario y catedrático de Microbiología e integrante de la comisión, "han dado siempre resultados negativos". La Jefatura de Sanidad Militar ha establecido un servicio permanente para la vigilancia sanitaria del personal e instalaciones, según anunció ayer la Capitanía General de la V Región Militar.