Reagan se comunicó personalmente con Felipe González antes de la acción contra Libia
Ronald Reagan mantuvo una comunicación personal con el presidente del Gobierno español, Felipe González, antes del ataque del pasado martes contra Libia, informaron altas fuentes del Departamento de Estado citadas ayer por The New York Times. El presidente norteamericano habló también personalmente con Margaret Thatcher, primera ministra del Reino Unido, el único país europeo que ha apoyado la acción militar estadounidense, y con el presidente francés, François Mitterrand, que, al igual que España, negó a Estados Unidos el sobrevuelo para la fuerza atacante. El Departamento de Estado, consultado por EL PAÍS se negó a comentar esta noticia.
Fuentes de la Oficina del portavoz del Gobierno español señalaron anoche a este periódico que no hubo más contactos que el mantenido con Vernon Walters, del que ya dieron cuenta el presidente del Gobierno en su conferencia de prensa del martes y el ministro de Asuntos Exteriores en su comparecencia ayer ante las comisiones de Exteriores y de Defensa del Congreso de los Diputados"La comunicación de Reagan con el Gobierno español, en la que posiblemente le anunció su decisión de actuar militarmente, se produjo independientemente de la visita a la Moncloa del enviado especial del presidente, Vernon Walters, el pasado sábado. El embajador de EE UU en la ONU comunicó a González, según fuentes de la Casa Blanca" que Washington había decidido pasar a la acción contra Libia, aunque no le informó de la fecha exacta ni de los objetivos concretos. Existe una gran confusión sobre quién en EE UU, y cuándo, pidió A España derecho de sobrevuelo para los bombarderos FB-111 que lanzaron, el ataque, en la madrugada del martes.
Las dudas no fueron despejadas ayer por Walters, quien afirmó, en una conferencia de Prensa celebrada en la sede de la ONU, que él no había pedido permiso a González para utilizar el espacio aéreo español. "Felipe González ya contestó a esto", precisó, "diciendo que no le había sido solicitado, ni tampoco el uso de las bases en España". "Pero", añadió el enviado de Reagan, "hay que hacer un juicio político y, como en la vida social, si sabes que la respuesta va a ser que no, no tiene sentido preguntar y pedir una cosa". Esta respuesta parece sugerir que Estados Unidos no realizó una solicitud formal que sabría sería rechazada.
Esto explicaría que aquí se afirme que la negativa española, que se da como un hecho, fue más indirecta que la realizada por Francia. Fuentes españolas explicaron que Walters sugirió la posibilidad de utilizar el espacio aéreo español para los bombarderos FB-111. González comunicó a Walters su oposición a una acción bélica y al sobrevuelo o al uso logístico de las bases americanas en España, según las citadas fuentes. El rechazo español, declaró anoche Walters, "no afectará a las relaciones bilaterales entre Washington y Madrid ni tendrá consecuencias en las negociaciones sobre las bases".
Walters dijo que los dos países "comparten los mismos valores y tienen los mismos objetivos y es importante que reconozcamos el papel jugado por España en el concierto europeo de naciones". "España, desde el inicio de la Historia, es un pueblo muy valiente al que no se le puede hacer chantaje y decidirá lo mejor teniendo en cuenta sus intereses y los intereses de la OTAN", precisó Walters al ser preguntado por los eventuales efectos de lo ocurrido sobre la reducción de la presencia militar de EE UU en España.
Refiriéndose al secreto que envolvió su escala en Madrid, Walters afirmó no entenderlo. "No me escondí y todo el mundo sabía que estaba por allí. Pero es el Gobierno de España el que decide cómo informa a la opinión". La Administración de Reagan no ha ocultado su "absoluto, disgusto e irritación" ante la falta de cooperación de los aliados europeos de la OTAN, con la excepción del Reino Unido. La negativa de Francia y España, especialmente, era más importante que una respuesta retórica y hubiera hecho más fácil la acción militar, dijeron ayer fuentes gubernamentales. "Es una vergüenza que sea tan lento el proceso de reconocimiento por parte de los europeos de la amenaza terrorista de Libia", dijo un alto funcionario de la Administración.
Otras fuentes de la Administración, citadas por The New York Times, no quieren echar leña al fuego y dijeron que el Gobierno está "agradecido" porque ni España ni Francia revelaron previamente el ataque para el que Washington les había pedido derechos de sobrevuelo, y porque España aceptara que aterrizara en Rota uno de los bombarderos FB-111 que habían participado en la operación.
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