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Desacuerdo entre Bonn y Washington sobre la SDI

Las negociaciones entre los Gobiernos de Washington y Bonn para un acuerdo que regule la participación de enípresas alemanas en la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) están resultando extremadamente duras debido a la intransigencia de la Administración norteamericana. Washington está decidido a imponer condiciones que anulan gran parte de los beneficios que de esta participación se prometía la industria alemana.El Ministerio de Economía alemán -cuyo titular, Martin Bangemann, dirige las negociaciones con Washington- reconocío ayer que el acuerdo marco podría no estar concluido para esta primavera, al contrario de lo que había anunciado el canciller federal, Helmut Kohl. El semanario Der Spiegel señaló ayer que la delegación alemana se ha visto sorprendida en Washington por una postura de fuerza e inflexibilidad norteamericana, que podría poner en peligro el acuerdo entre ambos países sobre este controvertido proyecto, popularmente conocido como la guerra de las galaxias.

Los negociadores norteamericanos se niegan a conceder a las empresas alemanas los derechos de explotación de las tecnologías desarrolladas en el programa y rechazan la posibilidad de que empresas alemanas se responsabilicen de sectores específicos del proyecto.

Según el semanario alemán, las afirmaciones de Kohl hechas el pasado año han resultado ser tan sólo vanas ilusiones. Kohl declaró que el acuerdo se basaría en una cooperación de igual a igual y supondría no sólo un beneficio tecnológico para las empresas alemanas, sino también una cierta influencia de la RFA en la concepción del programa.

Con su postura inflexible, Estados Unidos quiere, al parecer, mostrar su malestar por la negativa de Bonn a integrarse plenamente en el programa SDI, dándole así su apoyo político. Por otra parte, no quiere mostrar precedentes de flexibilidad ante las negociaciones similares que deberá llevar a cabo próximamente con las autoridades de Roma y Tokio.

El Gobierno federal alemán llegó a la fórmula del acuerdo marco tras duras discrepancias en su seno. Mientras algunos sectores cristianodemócratas apoyan el deseo norteamericano de plena participación política, el ministro de Asuntos Exteriores, el liberal Hans Dietrich Genscher, logró imponer su criterio con esta fórmula de compromiso. Genscher pretendía paliar posibles, repercusiones negativas que para la política exterior de Bonn, especialmente hacia los países del Este 37 hacia Francia, tendría una integración plena en el programa norteamericano.

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