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Acoso a Marcos

FINANCIAL TIMESEl presidente filipino, Ferdinand Marcos, es un personaje duro. Tras 20 años en el poder, nunca pareció probable que se marchara sin hacer ruido. Había, y hay, demasiadas cosas en juego para él, para su ambiciosa esposa, Imelda, y para sus muchos parientes y camaradas que han amasado fortunas gracias a su protección durante años.

Incluso el presidente Marcos debe darse cuenta ahora de que su plan está cayendo y de que pierde inexorablemente el control del poder para gobernar a, su pueblo. Le abandonan sus propios partidarios. Cualquiera que haya sido su credibilidad, después de las fraudulentas elecciones presidenciales del 7 de febrero se disipa rápidamente. Incluso el Ejército, su último refugio y apoyo, se encuentra ahora clara-mente dividido. El viejo autócrata tiene que retirarse con rapidez y elegancia para evitar un baño de sangre.

El presidente Marcos debe irse no sólo por un sentido de la responsabilidad hacia su país, sino también por realismo respecto a su propia situación. Incluso aunque fuera capaz de reunir entre sus amigos militares el apoyo suficiente para aplastar la rebelión del general Fidel Ramos, segundo jefe del Alto Estado Mayor, y del ministro de Defensa, Juan Ponce Enrile, parece claro a partir de los acontecimien tos del fin de semana que una parte sustancial de los 250.000 hombres fuertementé armados no confla por más tiempo en su comandante en jefe..

El único modo de que Ferdinand Marcos desafíe esta situación es pedir a los filipinos que se maten entre sí, y estó sería incitar a la guerra civil, a una victoria pírrica, o a ambas cosas a la vez. ( ... )

Se mantiene incierto lo que puede suceder después de todo esto. Arturo Tolentino, el vicepresidente electo, no puede asumir el poder, ya que pertenece al mismo grupo que Marcos. Que Aquino deba hacerse cargo de la presidencia permanentemente en el caso de que Marcos caiga, y si esto se produce, no está tampoco claro.(...)

Aunque son los filipinos los que en última instancia deben decidir su propio destino, el papel de Estados Unidos para determinar el esquema sobre el que éste debe desarrollarse sigue siendo crucial. Washington debe tomar precauciones ( ... ) sería una tragedia que un dictador civil fuera a ser reemplazado por uno militar.

24 de febrero

THE NEW YORK TIMES

( ... ) Estados Unidos, después de su intervención en los asuntos internos filipinos en un intento de evitar el fraude en las elecciones del 7 de febrero, ha asumido una nueva y mayor responsabilidad con su antigua colonia.

Hay mucho que decir en favor de la intervención de Estados Unidos. Pero tanto los estadounidenses como los fifipinos podrían tener razones para lamentar esta intervención.

El fraude y la violencia que han presidido las elecciones, en su mayona cometidos por la maquinaria política de Ferdinand Marcos, podrían haber sido aún mayores de no contar con la presencia de observadores estadounidenses, incluidos los periodistas.

( ... ) Estados Unidos se enfrenta a un dilema en el que las dos alternativas posibles son poco atractivas. ( ... ) Una tesis que parece avanzar es que la amenaza comunista sea contenida aumentando la presión ejercida sobre Marcos para que lleve a cabo reformas mediante la negativa a conceder la ayuda norteamericana. La otra alternativa es que la guerrilla comunista sea frenada si es que Corazón Aquino, que representa un gran cambio, ha resultado elegida. Yo soy escéptico.

Marcos no tiene intención de desmantelar el régimen autocrático que ha construido, a lo largo de 20 años, aun cuando es evidente que está al borde de la catástrofe.( ... ) Como demuestran los hechos, Corazón Aquino ha logrado que cristalice una fuerza de oposición a Marcos que incluso a él sorprende. Por las sugerencias que ha dejado entrever durante la campaña, ella podría realizar el cambio radical que Filipinas necesita.

Tras 25 años de informar sobre Filipinas, estoy convencido de que este país se acerca a lo que los marxistas califican como condición revolucionaria.. Los comunistas avanzan porque esta sociedad ha sido dominada durante mucho tiempo por una oligarquía que, ya sea por codicia o por negligencia, ha permitido que se llegue a estos extremos de riqueza y pobreza. La Iglesia católica lo reconoce y muchas de sus peticiones humanitarias corren paralelas a las de los comunistas. La principal diferencia es que los comunistas tienen fusiles. (...)

Nueva York, 24 de febrero

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