EE UU estudia la convocatoria de una conferencia monetaria mundial
Ronald Reagan anunció en el discurso sobre el estado de la Unión -pronunciado en la madrugada del miércoles (hora española) durante una sesión conjunta del Congreso- que EE UU estudiará la posibilidad de convocar una conferencia para estabilizar el sistema monetario internacional e impedir "variaciones salvajes de los tipos de cambio", lo que podría significar una vuelta a tipos de cambios fijos o un nuevo Bretton Woods.Esta fue la novedad más importante de su optimista discurso, en el que afirmó que el país está más fuerte que nunca y que "EE UU está en movimiento". Reagan, que expresó la necesidad de "un dólar sano y estable y unos tipos de cambios fiables en el mundo", ha ordenado al secretario del Tesoro, James Baker, que antes de fin de año le responda sobre la posibilidad de convocar dicha reunión monetaria mundial.
Reagan dijo antes del discurso que está a favor de disminuir "cierta volatilidad" en el sistema de cambios para lograr una mayor estabilidad.
En política internacional, el presidente advirtió que "el intento de dominación de los soviéticos sigue siendo grande", pero aseguró que habrá un acuerdo en control de armamentos "si la URSS quiere un acuerdo que reduzca verdaderamente las armas nucleares".
Sin embargo, no se refirió directamente a la oferta del máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, de acabar con los arsenales nucleares antes de fin de siglo. El presidente reafirmó la necesidad de continuar el rearme: "Los soviéticos deben saber que si EE UU reduce sus defensas será por una disminución de la amenaza, no porque rebajemos nuestra decisión".
Reagan reafirmó su compromiso con la polémica Iniciativa de Defensa Estratégica (la guerra de las galaxias) y prometió su apoyo moral y material a las guerrillas anticomunistas -a las que llamó "luchadoras por la libertad"- que combaten en Nicaragua, Angola, Afganistán y Camboya. El presidente dijo que la ayuda norteamericana no sólo se producirá por el derecho de luchar y morir por la libertad, "sino de luchar y ganar". Calificó su doctrina de apoyo a los rebeldes anticomunistas como "un gran reto moral para todo el mundo", y afirmó que el logro de la democracia en Nicaragua es "el tema más importante para la paz en nuestro propio hemisferio, para la seguridad de nuestras fronteras y para la protección de nuestros intereses".
Reagan centró el discurso en la política interna, especialmente en la necesidad de reducir el gasto público para que el Gobierno "viva de acuerdo con sus medios", y pidió al Congreso y al país que continúen adelante con la revolución conservadora.
Subrayó los valores tradicionales, prometió luchar por la abrogación del aborto y por el restablecimiento de la oración en las escuelas, y citó a la familia como el "núcleo moral" de la restauración de la confianza de la nación en su futuro. Insistió en que no aumentarán los impuestos y aseguró que el déficit presupuestario "no es debido a que las familias no soportan una capa fiscal suficiente, sino a que el Gobierno gasta demasiado".
La visión que ofrece del estado del país no es compartida por la oposición demócrata que, en su visión idealizada de EE UU, piensa que la política de Reagan penaliza injustamente a los sectores más desfavorecidos.
Reagan anunció también un estudio de la seguridad social norteamericana, en un intento de reducir la dependencia excesiva de la misma por parte de los pobres de ese país, que el presidente considera "un narcótico" desaconsejable que les hace aún más dependientes de la miseria y la ayuda estatal.
Nueva York-Tokio, en dos horas
Una semana después de la catástrofe del Challenger, el presidente prometió la continuación del programa de vuelos tripulados y la construcción de una estación espacial permanente. Asimismo, anunció que EE UU construirá un avión capaz de volar, a finales de los años noventa, de Washington a Tokio en dos horas, a 25 veces la velocidad del sonido. "Estados Unidos", dijo, "está preparado para ganar la carrera del futuro".
La retórica del presidente brilló como nunca en el discurso, televisado en directo a 80 millones de personas, en el que llegó a hablar de físicos que se asoman a subpartículas atómicas para "encontrar una reafirmación de la fe religiosa" y astrónomos cuya visión alcanza "el borde del universo y posiblemente más atrás, hasta el momento de la creación".
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