Guerra niega que el Gobierno haya previsto la disolución de las Cortes si pierde el referéndum sobre la OTAN

El Gobierno no ha previsto la posibilidad de disolver las cortes generales, sea cual fuere el resultado del referéndum sobre la OTAN, según dijo ayer el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, al dar a conocer el texto del decreto de convocatoria de la consulta popular sobre la permanencia de España en la Alianza Atlántica. El decreto, que ayer mismo fue enviado a las Cortes -que autorizarán al Ejecutivo, tras el debate parlamentario de la semana próxima, para que pueda realizar la consulta-, prevé la celebración del referéndum el miércoles 12 de marzo, e incluye el texto de la pregunta que será sometida ese día a los españoles. En la pregunta se interroga a los votantes si consideran "conveniente para España permanecer en la Alianza Atlántica", en los términos acordados por el ejecutivo. Antes, en la exposición de la postura del Gobierno, se afirma que éste considera la permanencia en la Alianza "conveniente para los intereses nacionales".

Alfonso Guerra, que, de manera un tanto sorpresiva -se había anunciado que lo haría solamente el portavoz gubernamental, Javier Solana-, compareció ayer en la Moncloa ante los informadores, leyó el decreto, titulado Acuerdo del Gobierno sobre celebración del referéndum, y dio a conocer también la comunicación al Congreso de los Diputados sobre política de paz y seguridad, ya que en la Cámara Baja se celebrará la semana próxima un doble debate: el primero, en torno a esta comunicación -que, en realidad, es una ampliación del decálogo anunciado por Felipe González en octubre de 1984- y el segundo, específicamente en torno a la preceptiva autorización que las Cortes deben dar al Gobierno para celebrar el referéndum. Fueron, por tanto, dos los documentos enviados ayer por el Ejecutivo al Congreso, cuya Mesa y Junta de Portavoces permanecieron reunidos durante la mañana.El vicepresidente del Gobierno afirmó, tajantemente, que el Ejecutivo "no contempla la eventualidad de perder" el referéndum y que "tiene voluntad de ganar". Sin embargo, y ante la insistencia de los informadores, dijo que el Gabinete se sentirá "política y moralmente vinculado" por el resultado de la consulta y que actuará en consecuencia con este resultado.

Aun en caso de una victoria del no a la Alianza en el referéndum, dijo el vicepresidente, continuarán las negociaciones con los Estados Unidos en busca de una reducción de la presencia de tropas norteamericanas en nuestro suelo.

Matizaciones

Cuando se le pidió que especificase sobre si el presidente González disolvería las Cámaras en caso de una derrota en las urnas el 12 de marzo, como afirmó el portavoz gubernamental hace una semana, Guerra contradijo lo dicho entonces por Solana -sentado junto al vicepresidente durante la conferencia de prensa-, al asegurar que "el Gobierno no contempla la eventualidad de una disolución, sea cual fuese el resultado". El propio Guerra había indicado, a comienzos de este mes en México, que la anticipación de las elecciones, en caso de que el Ejecutivo perdiese la consulta, era "una posibilidad".Tal posibilidad resulta, en cualquier caso, dudosa, ya que la ley prohíbe la celebración de elecciones hasta tres meses después deque haya tenido lugar un referéndum; así pues, en ningún caso podrá haber comicios legislativos (o autonómicos) antes de mediados de junio.Guerra, que el lunes aparecerá en TVE para exponer el punto de vista del PSOE sobre la permanencia en la Alianza Atlántica, confirmando así que tendrá una participación activa en la campaña socialista ante el referéndum, no se pronunció sobre el porcentaje de votos que el Gobierno consideraría aceptable en la consulta del 12 de marzo."El Gobierno no puede establecer el listón de participación, sino que ésa será una decisión que establezca el pueblo; lo que nosotros haremos será respetar y aplicar la decisión".

Las dudas y rumores surgidos en las últimas horas acerca de la posibilidad de que el referéndum acabase por no celebrarse parecieron colmar la paciencia de Guerra: "Hasta ahora, las especulaciones eran gratuitas; a partir de ahora, serán culpables. Lo que ha decidido hoy el Consejo de Ministros es serio y va en serio". Fuentes gubernamentales, recogidas en la noche del jueves, entre otros medios, por la cadena SER, habían admitido la existencia de "una corriente" en el seno del Ejecutivo contraria a la celebración del referéndum, por estimar que existe un alto riesgo de que se pierda.

El Gobierno tendrá, a comienzos de la próxima semana, los resultados de un macrosondeo realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre las actitudes del electorado por regiones.

Día laborable

La comparecencia de Guerra ante los informadores, breve en atención a que el Consejo de Ministros continuaba, entretanto, su desarrollo, incluyó una minimización de la importancia de la oposición interna mostrada por UGT y referencias al abstencionismo de la oposición conservadora, actitud que, confió el vicepresidente, "debería ser revisada".En cuanto a las críticas por el hecho de que el referéndum se celebre en día laborable -lo que, de acuerdo con Coalición Popular, incrementa el costo en 40.000 millones de pesetas, por horas de trabajo perdidas-, fueron despachadas por Guerra con el calificativo de "exageradas". "Tal y como están las leyes, la celebración de la consulta sólo puede ser en día laborable".

Según dijo Guerra, el domingo 9 de marzo no cumple los plazos mínimos y la celebración de la consulta el domingo siguiente, día 16, hacía peligrar el referéndum, ya que podría coincidir con otra convocatoria de elecciones en Galicia.