La banca internacional analiza en Londres los efectos de la caída de los precios sobre la deuda latinoamericana

AGENCIAS, Representantes de la banca internacional y funcionarios de los países más endeudados de América Latina iniciaron ayer en Londres una reunión -que continuará hoy- para analizar el problema de la deuda en la región, que inmeditamente centró su atención en los efectos que puede tener para estas naciones la brusca caída de los precios del petróleo.

Bajo el título Más allá de la crisis de la deuda: los próximos diez años, la conferencia siguió con detenimiento los acontecimientos que se registraron a lo largo de la jornada de ayer en los mercados petroleros y en los de cambio. Como un banquero presente en la conferencia llegó a decir: "Lo importante no son los próximos diez años, sino lo que va a pasar en las próximas diez semanas".

La caída por debajo de la barrera psicológica de los 20 dólares del precio del barril de crudo tendrá efectos mixtos sobre los países más endeudados. Algunos, como México y Venezuela, pueden sufrir las consecuencias de una fuerte reducción de sus ingresos. Otros, como Brasil y los que son importadores netos de crudo, pueden beneficiarse de la situación.

México y Venezuela tratarán la semana próxima de coordinar sus políticas petroleras con el fin de evitar los efectos más perniciosos de un barril de crudo por debajo de los 20 dólares. México obtiene el 75% de sus ingresos, exteriores de las exportaciones de crudo y, según banqueros asistentes al seminario de Londres, este país puede llegar en breve a una situación similar a la que atravesó en septiembre de 1982, cuando admitió públicamente que no podía pagar los intereses de su deuda.

El temor existente en la conferencia de Londres es que la fuerte disminución de los ingresos por ventas de petróleo de México y Venezuela puede forzar a estos países a introducir cambios drásticos en sus acuerdos de pago de la deuda exterior. De materializarse este temor, la banca acreedora podría experimentar serias convulsiones por los nuevos retrasos en los pagos

Sin ratificación por el FMI

Brasil, el país acreedor por excelencia y el que más se beneficia ría por la caída de los precios del petróleo, llegó a un acuerdo la semana pasada con el grupo bancario acreedor para reestructurar los 6.000 millones de dólares de deuda externa de su sector público que vencían en 1985 y prolongar hasta marzo de 1987 otros 8.000 millones adicionales que vencen en 1986. Además, el grupo bancario acordó conceder 16.000 millones en créditos adicionales durante este año. El acuerdo con Brasil no ha sido ratificado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero, según fuentes brasileñas citadas por Reuter, el Gobierno brasileño opina que no se requiere autorización expresa en cuanto a las adaptaciones que son precisas en la orientación actual de la política económica del país.

Los banqueros asistentes a la conferencia de Londres estiman que la renegociación de los acuerdos bancarios con México puede ser más problemática. El secretario adjunto del Tesoro norteamericano, David Mulfor, anticipó la semana pasada que el país azteca requerirá 6.500 millones de dólares de dinero fresco en 1986, en lugar de los 4.000 millones previstos. Para muchos banqueros, la renegociación mexicana va a ser la prueba de fuego del plan Baker, a raíz de los acontecimientos que se están registrando en los mercados petroleros.