Italia rechaza cualquier acción de represalia en el Mediterráneo
El Gobierno italiano se opone firmemente a cualquier acción de represalia en el Mediterráneo y ha lanzado una advertencia a Libia, mientras guarda silencio sobre la propuesta norteamericana de poner en práctica sanciones económicas contra los Estados que apoyan al terrorismo.La posición del Gobierno, adoptada tras una reunión que se prolongó hasta primeras horas de la madrugada del sábado, responde a las tesis planteadas por el ministro de Asuntos Exteriores, Giulio Andreotti, opuesto a soluciones drásticas que puedan contribuir a una escalada de la tensión en la zona.
Como en el caso del secuestro del transatlántico Achille Lauro, en el que la diferencia de criterios hizo tambalear la coalición gubernamental italiana, en esta ocasión han vuelto a aflorar las discrepancias entre norteamericanos e italianos.
Según fuentes cercanas al Gobierno, el presidente del Consejo de Ministros italiano, el socialista Bettino Craxi, manifestó que Roma "sigue firmemente opuesta a cualquier hipótesis de guerra o de acción militar de los países aliados en el Mediterráneo".
Craxi, no obstante, se mostró partidario de que su Gobierno dirigiese una advertencia a Libia en el sentido de que Italia reconsiderará sus relaciones con el régimen de Trípoli en el caso de que se demuestre su implicación en acciones terroristas.
El aeropuerto de Roma fue escenario el pasado día 27 de un sangriento atentado que costó la vida a 15 personas. La acción ha sido atribuida al grupo palestino radical que dirige Abu Nidal, y Libia ha sido acusada de connivencia hacia este tipo de actividades.
Libia es primer socio comercial de Italia fuera del mundo occidental, y en el país que dirige el coronel Muammar el Gaddafi trabajan 12.000 italianos.
Las oposición a una acción de represalia militar contra Libia ha alcanzado también a la República Federal de Alemania (RFA), donde Hans Klein, portavoz para cuestiones exteriores del grupo parlamentario democristiano, gubernamental, ha manifestado que "una acción militar contra Libia arruinaría para decenas de años las últimas esperanzas de paz en Oriente Próximo".
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