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El Ministerio de Cultura intenta reconstruir el pabellón español de la Exposición Universal de París de 1937

El Ministerio de Cultura intenta reconstruir el contenido artístico del pabellón que representó a España en la Exposición Universal de París de 1937 y averiguar el paradero de algunas obras de Picasso, Miró y Alberto Sánchez desaparecidas desde entonces. La investigación que lleva a cabo la especialista Josefina Alix en el archivo de la guerra civil de Salamanca ha dado como resultado el hallazgo reciente de documentos que acreditan que el Gobierno republicano de Negrín pagó a Pablo Picasso la realización del Guernica y otras cuatro esculturas que se encuentran en el Museo Picasso de París y en el de Antibes.

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Pruebas difíciles

El pabellón español de la feria mundial de París de 1937 exhibió obras de un centenar de artistas, con muchas más piezas de las que se creía, y en parte encargadas y pagadas por el Gobierno republicano, según se ha podido saber por los escritos y fotografías encontrados por la investigadora Josefina Alix en los cuatro legajos que contienen material relativo a este tema.Alix trata de inventariar las obras que se enviaron a Francia en julio de 1937, y que no volvieron o se encuentran desaparecidas por haber sido destruidas o estar en manos privadas desde entonces.

Este es el caso, por ejemplo, de la escultura El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella, de Alberto Sánchez, y el mural El payés catalán en revolución, de Joan Miró, ambas obras de monumentales dimensiones cuyos últimos datos conocidos son que fueron desmontadas y embaladas en cajas grandes para su vuelta a España, donde no se encuentran.

La escultura de Alberto Sánchez, de más de 12 metros de altura, se expuso en la entrada del pabellón cerca del Guernica, del mural de Miró desaparecido y de la escultura La Montserrat, de Julio González, que hoy se encuentra en el Museo de Amsterdam.

Otro escultor, Pérez Contel, recuerda que mandó con otros artistas valencianos obras que no volvieron a ver, explicó Josefina Alix, y una gran parte de las obras de Francisco Pérez Mateos -fallecido en 1936- que llegaron al Museo de Barcelona después de la exposición fueron retiradas por particulares sin registrarse en ninguna parte, según testimonio recogido por la investigadora.

"El comisario del pabellón, José Gaos, tuvo gran interés en pagar a los artistas todas las obras para que luego éstas fueran de España", afirmó, "y pienso que lo mismo ocurrió con la obra de Alexander Calder [Una fuente de mercurio], las de Emiliano Barral [figura un pago a su viuda, ya que él murió en 19361 o la de Julio González [La Montserrat], y muchos otros".

Reconstrucción

Tras la celebración en Madrid de la exposición Escultura española (1900-1936), de la que fue comisaria Josefina Alix, el Ministerio de Cultura le encargó una investigación sobre el pabellón español en la exposición de París. El objetivo era realizar una publicación sobre aquella exposición, "y quizá ello diera lugar a una muestra-reconstrucción del interior del pabellón, con motivo de cumplir su 50º aniversario, como el mural del Guernica, en 1987".Alix pudo investigar en el archivo de la guerra civil de Salamanca los documentos de un nuevo legajo -existen otros ya estudiados por especialistas-, relativo a la exposición de París, que acababa de ser inventariado y catalogado tras permanecer durante años en un saco de correspondencia privada que no había sido ordenado.

El descubrimiento de que entre estos documentos había textos con referencia a la obra de Picasso, conocido recientemente, se produjo en julio, y se trata fundamentalmente de correspondencia entre José Gaos, comisario de la muestra, y Juan Negrín, entonces presidente del Gobierno, donde se detallan aspectos del pabellón y los gastos relativos a su organización. Gaos, según Josefina Alix, encargó a Picasso que llevara al pabellón, además del Guernica, unos vaciados en cemento de un Busto de mujer, dos cabezas de mujer y una Bañista, esta última vaciada en bronce, cuyos originales había realizado entre 1931 y 1933 en el taller de Boisgeloup.

En una de las cartas de José Gaos al presidente Negrín, con relaciones de pago anexas, se relata la entrega de 50.000,francos de anticipo por el mural -el Guernica- y otras cuatro esculturas antes del 21 de mayo de 1937.

En otro presupuesto de gastos, Gaos deja un interrogante para que Negrín decida el dinero que se debe pagar al artista por considerar insuficiente la cifra anticipada.

"Posteriormente, hay constancia de que el escritor Max Aub, agregado cultural de la Embajada de España en París el 28 de mayo de 1937, entregó a Picasso un cheque del Gobierno de 150.000 francos; es decir, que al menos se pagaron 200.000 francos al artista".

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