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Carteles de carnaval

Una colección histórica del Círculo de Bellas Artes

Además de su actual vocación de volver a intervenir dinámicamente en la realidad cultural y artística de nuestro país, el Circulo de Bellas Artes no puede olvidar su historia, cuyo prestigio, a fin de cuentas, es el que está avalando su actual resurrección. Este pasado glorioso queda reflejado, en primer término, por el propio empaque de su edificio, cuya restauración y adecentamiento está siguiendo un curso muy positivo, pero tiene también mucho que ver con sus colecciones o, al menos, con lo que de ellas queda. En este contexto, a medio camino entre la recuperación digna de unos fondos casi olvidados y en peligro de quedar maltrechos definitivamente y la reflexión sobre su valor ejemplar, se inscribe la actual exposición de la colección de carteles conservados en dicha institución.Si me refiero a cierto valor ejemplar es rememorando algunas de las iniciativas del círculo, que en su momento tuvieron un indudable sentido, sí no vanguardista, sí al menos progresista. Tales fueron los casos, entre otros, de los concursos de carteles y de fotografías, que comenzaron, respectivamente, en la temprana fecha de finales del pasado siglo o comienzos del presente. En ambos casos, pero sobre todo en lo que se refiere al cartelismo, el sentido de la oportunidad histórica se vio reforzado, además, con una calidad media muy aceptable, lo cual, a pesar de sólo conservarse algunos retazos de lo que debió de ser una colección mucho más rica, se puede apreciar en la actual muestra.

Carnavales

Colección de carteles del Círculo de Bellas Artes. Salón de baile de la segunda planta del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Marqués de Casa Riera, 2. Madrid, desde el 19 de diciembre de 1985.

Operación compleja

Conviene saber, en todo caso, que la operación que ha hecho posible la exhibición de esta magnífica colección de carteles ha resultado compleja, ya que ha habido que buscar, identificar y restaurar buena parte del material ahora expuesto, muchos de cuyos originales están firmados por figuras principales del arte español contemporáneo, como lo fueron, contando sólo a los que se ha podido identificar con toda seguridad, Cecilio Pla, J. A. Benlliure, F. de Villodas, Rafael de Penagos, Agustín López, Echea, Néstor, Federico Ribas, Salvador Bartolozzi, Enrique Ballesteros, Serny, José Sancha, etcétera. Por otra parte, entre los todavía no identificados por Concha Vela, comisaría de la exposición, que ha realizado un excelente trabajo, hay algunos carteles no sólo de una calidad deslumbrante, sino que tienen un aire especial que hace pensar en personalidades tan de primera fila como Juan Gris -el de 1905- o hasta Luis Fernández -el de 1936-, que aparece firmado como L. Fernández, apellido que, sin más, es cómo un anónimo.Sean quienes sean sus autores, se recorre la historia de los carteles del Círculo con la complacencia de hallar muchas piezas verdaderamente atrayentes, entre las que destaca ese dibujante soberbio que fue Rafael de Penagos, cuya obra memorable está reclamando a gritos una gran monográfica individual, o asimismo la de Salvador Bartolozzi. Como carteles sobresalientes tampoco se pueden olvidar los de Agustín López o Enrique Ballesteros, habiéndose aprovechado un detalle del de este último, ganador del concurso de 1930, para la portada del hermoso catálogo que acompaña la exposición.

Por último, hay en esta historia de los carteles del Círculo hasta cierta moraleja, cuyo cuento refleja lo que ha ocurrido con el arte en nuestro país. Me refiero al hundimiento cualitativo de la colección tras la guerra civil, a causa de las múltiples restricciones políticas, morales y económicas -los bailes de carnaval se prohibieron y fueron sustituidos por dudosas recreaciones folclóricas- El pasado año, no obstante, se retomó la vieja y olvidada costumbre de los carteles del Círculo y se encargó la realización de uno a Antonio Saura, lo que supuso reiniciar la aventura con buen pie. En realidad, es así, tomando consciencia del pasado glorioso y utilizándolo como valiente estímulo para el presente, como este Círculo de Bellas Artes renacido conquistará el futuro.

Por el momento, he aquí que nos proporciona una estupenda exposición, apasionante desde muchos puntos de vista.

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