La OTAN acuerda impulsar la cooperacion armamentista

Los ministros de Asuntos Exteriores de los países de la OTAN, incluido el español, Francisco Fernández Ordóñez, reunidos en Bruselas en el Consejo del Atlántico Norte, aprobaron ayer una declaración para impulsar e intensificar la cooperación en materia de armamentos. Ante el diálogo Oeste-Este, Fernández Ordóñez, al igual que otros ministros europeos, dijo, sobre los resultados de la reciente cumbre de Ginebra, que tiene "dudas de si lo bueno es bastante".

El texto sobre cooperación armamentista -en cuya redacción España participó activamente- pretende poner en marcha un proceso para llegar a un uso más rentable de los recursos disponibles. La cooperación ha de reforzarse desde el estadio preliminar de los proyectos y llegar a una coordinación eficaz de los planes de armamentos de los países de la organización atlántica.Los ministros encargaron a la Conferencia de Directores Nacionales de Armamentos (CNAD) el estudio de los diferentes problemas, entre ellos la gestión más compleja de los proyectos en razón de la participación de un mayor número de países, y la manera de ayudar a aquellas naciones cuya base industrial de defensa está menos desarrollada para obtener una parte adecuada de la investigación, desarrollo y producción de estos proyectos. España no se dio por aludida en este aspecto.

El texto fue suscrito por España, que, no obstante, mantendrá su reserva habitual ante el comunicado final de la reunión. Según fuentes españolas, Fernández Ordóñez, como ministro del país que a partir de enero presidirá el Grupo Europeo Independiente de Programas (GEIP), dedicado a intentar buscar una base europea en el terreno armamentista, ofreció este foro para colaborar paso a paso con Estados Unidos y Canadá en materia de armamentos. Según fuentes europeas de la Alianza Atlántica, Washington no quiere que el GEIP se le escape de las manos.

El que España suscribiera este texto, según un portavoz de nuestro país, "responde a la política del Gobierno de participar plenamente en los trabajos de la estructura civil de la OTAN y buscar una mayor cooperación y acceso a la tecnología. No queríamos desaprovechar esta oportunidad". No obstante, y aunque no figura en el texto, los ministros acordaron estudiar la posibilidad de una mayor financiación en común de esta cooperación y un mayor planeamiento de los gastos y programas militares en la OTAN. Armas, sí, pero para algo.

La CNAD estudia la adecuación de los nuevos proyectos armamentistas a las doctrinas estratégicas y tácticas presentes y futuras de la OTAN. Nadie escapa a la dimensión militar de la Alianza, y en realidad, este texto debía haber salido en la reunión del Comité de Planes de Defensa, pero, como Francia no estaba presente, pasó al Consejo, donde sí está representada.

La sesión de la tarde, restringida, se centró sobre las perspectivas de las relaciones Oeste-Este, y proseguirá hoy. El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, señaló que, para los soviéticos, la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), conocida como la guerra de las galaxias, ya no es una condición previa para seguir negociando sobre otros temas, como las armas estratégicas o los euromisiles.

Por parte europea, se apeló a que la próxima cumbre Reagan-Gorbachov -probablemente en el próximo mes de junio- no acabe, como la anterior, simplemente en una buena atmósfera, como señaló el alemán occidental Hans-Dietrich Genscher. Entre norteamericanos y europeos existe ahora un amplio consenso para no limitar el diálogo Oeste-Este a las armas, sino para ampliarlo a todas las negociaciones en curso y a otros campos. En este sentido, los europeos valoraron positivamente el próximo viaje de Shultz a varios países del Pacto de Varsovia.

En un encuentro bilateral, Genscher y el italiano Giulio Andreotti concordaron en que la cuestión de la SDI y sus implicaciones debe ser discutida en profundidad entre los europeos en el marco de la Alianza Atlántica o de la Unión de la Europa Occidental (UEO). También coincidieron en la necesidad de pactar de Gobierno a Gobierno, aunque no se barajó la forma de un acuerdo formal para la participación de empresas de sus países en la SDI.