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EL REGRESO DEL FUNDADOR DEL 'HOLDING' DE LA ABEJA

El juez de delitos monetarios, Luis Lerga, dicta un nuevo auto de prisión incondicional contra Ruiz-Mateos

El juez de delitos monetarios, Luis Lerga, dictó ayer un nuevo auto de prisión incondicional contra el ex presidente de Rumasa, José María Ruiz-Mateos, ratificando la decisión adoptada en el auto de procesamiento el 6 de julio de 1983. El juez tomó declaración al financiero desde las once de la mañana hasta pasadas las tres de la tarde, hora en que quedó suspendida hasta hoy. A la salida de la declaración, Ruiz-Mateos dijo a varios periodistas acreditados en la Audiencia Nacional que conseguirá su objetivo y que el Gobierno caerá.

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La resolución del juez confirmando la prisión de Ruiz-Mateos, no constituye una respuesta a la petición de libertad provisional que los abogados presentaron antes de iniciarse la declaración, ya que el juez no ha tenido tiempo de estudiarla, sino que es una decisión independiente de la petición de libertad, motivada, al parecer, en que Ruiz-Mateos ya intentó anteriormente eludir la acción de la justicia al huir de Espaila.El juez Luis Lerga se mostró muy sorprendido por no haber recibido ninguna documentación oficial de la justicia de la República Federal de Alemania respecto de la extradición. El juez, según confesó, todavía no sabe oficialmente por cuáles de los grupos de delitos por los que él solicitó la extradición a Alemania puede perseguir a Ruiz-Mateos. El magistrado afirmó que actuará "conforme a la legalidad".

Cerradura atascada

Únicamente han llegado dos maletines de cuero precintados, que, al parecer, contienen documentos policiales y cierta cantidad de dinero, que probablemente le fue ocupada a José María Ruiz-Mateos en el momento de su detención en Francfort.

Precisamente, estos maletines que trajeron los policías de Interpol fueron guardadados en una habitación de la Audiencia Nacional donde habitualmente se depositan, hasta su presentación en los juicios, las armas que se incautan a los terroristas y otros procesados y que constituyen pruebas de convicción. Esa habitación dispone de una puerta blindada de máxima seguridad, pero cuando los policías fueron a abrirla, la cerradura se atascó y tuvieron que llamar a cerrajeros de la policía, que emplearon toda la mañana para tirar la puerta abajo. Los maletines fueron trasladados al lugar donde se prestaba la declaración y posteriormente al juzgado de Delitos Monetarios.

Aire triunfalista

Ruiz-Mateos, al acabar la sesión de ayer, bajó del despacho donde prestaba declaración en la séptima planta de la Audiencia Nacional, hasta el despacho del jefe del grupo de investigación de la Audiencia Nacional, en la cuarta planta del edificio. En ese momento dijo con frases cortadas y con aire triunfalista: "No puedo hablar. Estoy incomunicado. Es mi tragedia. Tenéis que conseguir que hable. La razón me asiste. El Gobierno caerá. Triunfaré, conseguiré mi objetivo". Ruiz-Mateos, que vestía un traje azul impecable, hizo en varias ocasiones el signo de la victoria con la mano.

Durante la declaración estuvieron presentes, además del juez y Ruiz-Mateos, los fiscales Fernando Jiménez Lablanca y José Julián Hernández Guijarro, el abogado del financiero, Ramón Pelayo, y el secretario y personal del juzgado.

Mientras se celebraba la declaración, Teresa Rivero y sus hijos Zoilo y Paloma estuvieron en el vestíbulo anterior al despacho en el que se estaba realizando la diligenciajudicial. Igualmente permanecieron en el vestíbulo el abogado americano Arthur Teele, el penalista José Córdoba, y dos íntimos colaboradores del empresario y antiguos directivos de Rumasa, Alfonso Lacave y Demetrio Castillo.

Por el contrario, ya no apareció el abogado penalista Adolfo de Miguel, que hasta el domingo parecía ser el jefe de filas de los penalistas del financiero jerezano. De Miguel fue el abogado de varios de los golpistas del 23-F y es columnista habitual del órgano nacional de excombatientes, el diario El Alcázar. La ideología ultra de Adolfo de Miguel y el hecho de que a la manifestación de la madrugada del domingo en la Audiencia Nacional, acudieran destacados ultraderechistas, entre ellos el dirigente de los Guerrilleros de Cristo Rey, Mariano Sánchez Covisa, alarmaron a Ramón Pelayo, que temió una politización del juicio.

En el exterior del edificio se desplegó un fuerte dispositivo policial para evitar alteraciones del orden público, como las que se produjeron en ese mismo sitio el sábado, día 30, por la noche, cuando Ruiz-Mateos voliló a España, tras su entrega por las autoridades alemanas.

Almuerzo en la audiencia

Dado lo avanzado de la hora, a Jose María Ruiz-Mateos le fue servido un almuerzo en las dependencias del grupo de investigación y policía de la audiencia, para evitar que el financiero se quedara sin comer si era trasladado a prisión inmediatamente.

El almuerzo fue encargado en una cafetería próxima, y acompaflaron al empresario su esposa, Teresa Rivero, su hijo Zoilo Ruiz-Mateos y su sobrino Alfonso Barón. El menú estuvo compuesto por escalope con patatas fritas, vino, cerveza y cafés.

Tras el almuerzo Ruiz-Mateos fue trasladado nuevamente en automóvil a la prisión de AlcaláMeco. Poco antes de salir hacia el centro penitenciario, Ruiz-Mateos volvió a insistir en que estaba incomunicado. El financiero añadió: "Me siento enormemente feliz en España. Era el ansia de mi vida. Estoy más pletórico que nunca".

Su esposa dijo a la salida de la Audiencia que no les habían comunicado todavía ninguna resolución del juez, y que creía que su esposo no debía de hablar por el momento.

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