Bóveda del hombre
"El hombre, en vida, no hace más que ir conformando su propia bóveda". Éstas son palabras de Pablo Serrano como reflexión en torno a su obra. En efecto, existe en la obra de Serrano una denodada investigación, y quizá sea ésta su aportación a la universalidad del arte de nuestro tiempo. Durante muchos años, Pablo vive fascinado por un lenguaje de la expectación, creando sus bóvedas. Tal vez un mundo diferente a través de una mirada distinta de la habitual.Hombre de gran sensibilidad, Pablo Serrano acumula durante su vida muchas y ricas experiencias que, con un conocimiento justo de la realidad, se empeña en situar debidamente, teniendo en cuenta, al parecer, que la buena política cultural es aquella que va desde lo formal a lo participativo... No sé, pero me atrevería a pensar que con el conocimiento previo de los que afirman que esta dinámica político-cultural, hoy, en la actualidad, no es sólo estrategia, sino también información, Pablo empieza una lucha ejemplar, al intentar defender los derechos del artista sobre su obra, reivindicando, a través de una de sus esculturas manipulada sin su conocimiento, el espacio correcto y consideración que merece la obra de un artista. Creo que esta defensa es para nosotros una herencia de extraordinaria significación social que el gran artista nos lega como una de sus más definitivas y generosas bóvedas para él hombre, y que, junto con la presencia de su obra de gran calidad escultórica, mantendrán vivo su recuerdo entre nosotros, alentándonos para recavar una idea que él puso en marcha y que nosotros demandamos como reconocimiento del derecho del artista sobre su obra.
Aseguraba que el hombre, en vida, no hace más que conformar su propia bóveda. Y tal vez sobre esta filosofía debamos aceptar su última propuesta de artista y hombre sabio que supo mucho de la realidad que le tocó vivir.