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"CUMBRE" EN GINEBRA

Nicaragua quiere que Gorbachov defienda en su reunión con Reagan la labor de Contadora

Antonio Caño

ANTONIO CAÑO Nicaragua espera y desea que la Unión Soviética defienda la gestión del Grupo de Contadora en la reunión que el máximo dirigente de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov, mantendrá con el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, los próximos días 19 y 20. Jaime Wheelock, uno de los nueve comandantes que dirigen la revolución sandinista, informó el sábado en Madrid que, aunque no se ha celebrado ninguna sesión especial entre la URSS y Nicaragua para preparar la cumbre, en las reuniones "frecuentes" que ambas partes mantienen "a nivel de embajadas" Managua ha insistido en la necesidad de respaldar el proceso de Contadora.

"Nosotros tenemos frecuentemente contactos con los soviéticos. Ellos nos preguntaron que cuál era la situación que existía en Centroamérica y nosotros contestamos que estaba en curso Contadora y que creíamos que ése era el camino que había que seguir", explicó el comandante sandinista.Jaime Wheelock, uno de los principales dirigentes nicaragüenses, aseguró que entre Moscú y Managua se ha creado "un estado de opinión común de que hay que conseguir la paz en Centroamérica apoyando los trabajos de Contadora y cualquier otra solución vinculada a la participación de las partes que están en conflicto: conversaciones entre Nicaragua y EE UU y entre los cinco países de Centroamérica".

Wheelock denunció, al mismo tiempo, la existencia de "un plan de la CIA para generar acciones terroristas en el interior de Nicaragua", con el objetivo de que "en el momento de la conversación entre Reagan y Gorbachov en Ginebra se estuviese produciendo una situación de emergencia en Nicaragua". El dirigente nicaragüense aseguró que parte de ese objetivo era "la destrucción de la única refinería de petróleo" de su país y de "una central hidroeléctrica". Añadió que el plan, del que Managua tuvo noticias recientemente "de fuentes amigas y confiables que están dentro de EE UU", ha sido, "hasta el momento, abortado".

El comandante sandinista cree que tras la cumbre de Ginebra "se abrirá una coyuntura intervencionista más peligrosa que la que existió hace un año", y afirmó que Nicaragua se prepara para hacer frente a "una nueva agresión". "Recientemente EE UU ha estado alojando aviones F-5 en Honduras como preludio de lo que nosotros creemos que va a ser una escalada de la agresión contra Nicaragua. Si es así, nosotros tendremos que buscar cómo defendernos". A principios de esta semana, el ministro de Defensa nicaragüense, Humberto Ortega, había sugerido la posibilidad de que su Gobierno compre aviones equivalentes a los F5.

"Además del estado de emergencia, hemos comenzado a llamar al servicio militar de reserva. Eso significa que técnicos, profesionales, administradores, médicos, obreros y empleados, entre las edades de 25 y 40 años, se registren al servicio del Estado". "El coste de una intervención militar norteamericana ahora sería más grande que hace tres meses. Tendrán que morir miles de soldados norteamericanos", dijo Wheelock.

El dirigente nicaragüense, que se ha entrevistado en España con el presidente Felipe González y el ministro de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, se muestra pesimista sobre la posibilidad de firmar el acta de paz de Contadora en un plazo corto, y cree que Ias posiciones en Centroamérica se han polarizado en torno a un documento que a estas alturas se ha vuelto muy polémico". "En este acta no se proscriben las maniobras militares, por lo cual EE UU puede, de manera unilateral o aliándose con otros países, amenazarnos o amenazar a cualquier país que quiera seguir el camino de independizarse. Así es que lo que hace el acta es institucionalizar precisamente la situación que ha dado lugar al conflicto. En segundo lugar, no se define con absoluta claridad la salida de todos los asesores militares, sino que se deja abierta la posibilidad de que elementos foráneos participen en actividades de tipo militar".

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"Para la reducción de armamentos -el tercero de los puntos difíciles en la negociación- se utiliza como coeficiente de medición el producto interior bruto. En condiciones normales esta medición podría ser perfectamente aceptable para Nicaragua, pero mientras no exista un acuerdo entre Nicaragua y EE UU o, por lo menos, un compromiso formal y escrito por parte de EE UU de que no va a intervenir en Nicaragua y que va a suspender la ayuda a la contrarrevolución, nosotros no podemos aceptar una reducción como la que se propone, puesto que nuestros niveles materiales de defensa están en correspondencia con el grado de peligrosidad que estamos soportando".

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