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Juan Goytisolo: "'España será Europa cuando se interese por otras culturas"

Comienzan en Sevilla los debates sobre el porvenir del Sur

El escritor Juan Goytisolo abrió el martes, en la universidad de Sevilla, el primero de los encuentros que la Junta de Andalucía celebrará en esta ciudad dentro de los actos conmemorativos del V Centenario del Descubrimiento de América. El autor, tras hacer varias afirmaciones tajantes, como "España será Europa cuando se interese por otras culturas; cuando sea capaz de criticar lo propio, respetando lo ajeno", y "Si se hubiera leído a Brenan a medida que escribía, se hubiera evolucionado de otro modo", resaltó la necesidad de acabar con los cuatro puntos cardinales y volver a la rosa de los vientos.

Goytisolo, entre triste y serio, humilde, se apresuró a cambiar el epígrafe del encuentro, El mito del Sur en la literatura moderna, por el de su disertación, Norte-Sur de los puntos cardinales a la rosa de los vientos. Tal lirismo, que al final de su reflexión desembocaría en la reivindicación concreta de la rosa de los vientos en contraposición al majestuoso orden de los puntos cardinales, se alzaba como respuesta a la confrontación secular entre el Norte y el Sur, y Este y Oeste.En seguida compara el escritor "la parvedad de los testimonios sureños sobre el Norte" con la riqueza de los escritos de los románticos del Norte tras su viaje a la Península, del escritor viajero que escucha al otro con la idea de interrogarse a sí mismo, seducido por la fuerza de lo desconocido y lo exótico, lleno de respeto a lo ajeno, con una aptitud receptiva que en modo alguno impide la crítica a la gente del Sur, "remilgada, con mentalidad de viejo, burguesa y puritana".

Goytisolo ejemplifica con el sevillano Blanco White: "La visión que ofrece es escasa, sus cartas no son sino una amable exposición de cuadros, de una superficialidad que contrasta con los escritos en inglés acerca de España de la misma época". Y lo justifica: "En el exilio se contagia de la apertura vital por la libertad estimulante, más propia del Norte. No extiende su curiosidad más allá de lo puramente intelectual. No se inspira, como Dickens y Marx, por ejemplo, con la revolución industrial que está produciéndose a su lado".

Cernuda, español sin ganas

Esta frontera entre contempladores y contemplados, que acaba en el tópico, es eludida por Luis Cernuda. "A excepción de él", asevera Goytisolo, "ningún escritor español ha ganado con el exilio, ninguno ha superado lo que ya escribió en España. Cuando se va, Cernuda ya es un español sin ganas, lleno de dudas, abierto a la experiencia de lo foráneo, es un contemplador de lo propio y lo ajeno, donde el concepto de exotismo es recíproco por vez primera. Es capaz de aprender fuera sin perder la nostalgia".

Al poner en su conocimiento que escritores paisanos de Cernuda opinan que se le estudia por su condición de homosexual y de poeta maldito, Goytisolo exclama: "En este país uno puede ofrecerse a la policía como confidente y luego escribir en los periódicos artículos sobre moralidad".

De Brenan resalta Goytisolo su lucidez, recordando aquello de que España entraría en Europa por la propia dinámica de ésta y no por la mediación de una República que había sido vencida por las armas. Su reflexión sobre la falta de reciprocidad entre el Norte y el Sur es acentuada cuando compara el carácter que induce a Brenan a la escritura con el de los españoles desde el siglo XVI: "Un coriáceo aislamiento, un ensimismamiento y una carencia de curiosidad como producto inmediato de la osificación de nuestros valores; caracterizado por el prurito español de identificarse, por una orgullosa y casi mística posesión de esencias y por un casticismo que vuelve la espalda a la historia".

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