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EE UU se opone a reducir su presencia en España

Francisco G. Basterra

Las conversaciones iniciadas ayer en Madrid por España y Estados Unidos son consideradas por Washington como meramente "exploratorias" y no tienen necesariamente por qué conducir a la apertura de negociaciones para reducir la presencia militar norteamericana en España, según fuentes de la Administración consultadas por EL PAIS. Es el principio de un largo proceso que Washington no acepta todavía que llegue en el futuro a una reducción de sus bases o de sus militares en España. La negociación sobre esta cuestión, que no ha sido aún pedida formalmente por el Gobierno socialista, no es aceptada de momento por Washington, que tampoco admite el principio de reducción de los efectivos militares que tiene actualmente sobre suelo español.

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La primera reunión sobre las bases duró la mitad de lo previsto

La Administración de Ronald Reagan se ha limitado a iniciar una exploración con las autoridades españolas sobre cuál será el futuro papel de España en el dispositivo de la defensa occidental, una vez que se confirme la permanencia en la OTAN. Los nombres de los funcionarios norteamericanos enviados por Washington a Madrid para hablar con los españoles -la mayoría, militares- reflejan el carácter técnico y exploratorio de esta primera toma de contacto.Los norteamericanos volvieron a insistir al presidente Felipe González, en su reciente visita a Estados Unidos, sobre la bondad de la integración plena de España en la estructura militar de la OTAN, pero el jefe del Gobierno, que no dijo que tal integración nunca se produciría, dejó claro que esto no ocurrirá ni ahora ni en el próximo futuro. González explicó durante su reciente visita que se trataba inicialmente de "hablar". El presidente del Gobierno fue muy cauto y dejó claro que la negociación va para largo, confirmando incluso que hasta después del referéndum no habrá discusiones serias.

Tranquilizar a Washington

Asistentes a las entrevistas que mantuvo González en Nueva York con el secretario de Estado, George Shultz, y en Washington con el vicepresidente, George Bush, y un fugaz encuentro con Ronald Reagan, dijeron a EL PAÍS que el jefe del Gobierno no se refirió a la negociación ni habló de reducción del número de bases."La visita", dijo uno de los asistentes a las entrevistas, "sirvió para tranquilizar algo a la Administración de Reagan, que desconfiaba y desconfía del referéndum" Felipe González reiteró que quiere tener las mejores relaciones con EE UU, y pidió un voto de confianza a la Administración norteamericana asegurando que controla la situación. También solicitó que no le creen problemas suplementarios.

Estados Unidos no acepta aún la reducción de su presencia militar con la claridad con que la plantea el Gobierno socialista, como una consecuencia prácticamente obligada del ingreso en la CEE y la permanencia en la OTAN. Aunque se ha avanzado en el entendimiento de esta idea, que volvió a machacar González en Washington, "su comprensión no es tan clara como afirma España", dijo un diplomático norteamericano. La Administración de Reagan continúa pensando que el deseo de Madrid de negociar la reducción de la presencia de EE UU, así como el referéndum, son fundamentalmente cuestiones de política interna española.

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