Una delegación guipuzcoana visita Japón para conseguir tecnología e inversiones
Una delegación guipuzcoana integrada por representantes de 35 empresas, siete centros de investigación y diversas instituciones empresariales, políticas y universitarias de esa provincia vasca llegará a Japón el próximo día 20 para contactar con casi dos centenares de firmas y organismos japoneses e intentar establecer acuerdos tecnológicos e inversiones en Guipúzcoa.
La misión, compuesta por unas 70 personas, ha sido organizada por la Diputación Foral de esta provincia y la colaboración del Centro para el Desarrollo de la Empresa, como respuesta a una iniciativa del Banco de Bilbao, una de las seis entidades bancarias españolas con oficina en Tokio.Salvo el sector siderúrgico y el del mueble, en esta delegación están presentes casi todos los sectores económicos e industriales de Guipúzcoa, que se desplazan a Japón con la aspiración de incorporar una tecnología más avanzada a las empresas vascas.
Los representantes de la Diputación Foral, Adegui -patronal vasca- y de la Cámara de Comercio e Industria Guipuzcoana se entrevistarán con altos funcionarios del Ministerio de Comercio e Industria Internacional (Miti) y Jetro (organización encargada del comercio japonés en el exterior), mientras que los empresarios tendrán contactos con compañías de sus mismos sectores, como Hitachi, Toshiba, Yamasaki (robots) , Nissan, Mazda, Suzuki, fábricas de material mecánico y herramientas, etcétera.
La visita de esta delegación guipuzcoana a Japón es la primera que se produce desde la realizada por el presidente del Gobierno, Felipe González, hace poco más de un mes, y se añade a las que ya han realizado delegaciones de otras regiones españolas en los últimos meses. La primera de todas ellas se produjo en abril del pasado año, en la que se desplazaron con similar propósito a ésta una treintena de empresas y organizaciones navarras.
Algunas de estas empresas, comenta Javier Esparza, representante del Banco de Bilbao en Tokio -quien también se encargó de organizar todos los contactos de la misión navarra en Japón-, ya han conseguido sus primeros éxitos en el mercado de este país, "a pesar de lo concienzudos que suelen ser para tomar sus decisiones".
Éste es el caso, por ejemplo, de Alabastros San José, que está consiguiendo vender satisfactoriamente sus productos ya manufacturados, o el más sorprendente de Eurovestir, una firma de confecciones de Olite que ha firmado un contrato de know how por cinco años con Kasiyama, número uno en este campo en Japón, para enseñarles a racionalizar y mejorar sus confecciones. Un contrato atípico -lo normal hasta ahora es importar la tecnología japonesa- por el que esta empresa navarra va a recibir un millón de dólares (unos 160 millones de pesetas). Poco después de esta expedición navarra Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Cataluña, se desplazó hasta este país para mejorar los contactos comerciales y las propias inversiones de empresas japonesas en las provincias catalanas, donde, por otra parte, se encuentra asentada la mayor parte de las inversiones de este país en España.
Ejemplo francés
La venida de empresarios y misiones de otros países a Japón es prácticamente constante, atraídos tanto por las posibilidades de consumo como por la impresionante capacidad de invertir que tienen en estos momentos sus empresas y bancos. Buena parte de los Estados de Estados Unidos tienen su propia representación permanente en Tokio, y algunos países han incrementado considerablemente la dotación de su delegación comercial oficial, que, como en el caso de Francia, está integrada por más de 40 personas. Un país que, como muchos otros, se ha dado cuenta de la importancia que tiene este mercado, estar presente en él de forma permanente con medios y efectivos, y de dar a conocer sus productos directamente.Algo que, por ejemplo, hizo la pasada semana Paul Bocuse, el famoso chef galo, que, enfundado en su habitual uniforme blanco, gorro de faena y bandera francesa en las solapas, estuvo patrocinando su propia marca de vino de Burdeos en uno de los más concurridos grandes almacenes de Tokio. Al día siguiente, la fotografía de Bocuse invitando a los japoneses a degustar sus caldos aparecía en un buen número de los medios de comunicación del país.
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