Intelectuales de toda Europa buscan en Madrid los puntos de encuentro de una herencia cultural común
El paraninfo de la universidad Complutense de Madrid, un edificio del siglo XVII que fue noviciado de jesuitas, dará albergue a partir de hoy a una cita de importancia continental. El congreso El espacio cultural europeo congrega en Madrid durante tres días a más de 100 intelectuales europeos e primera magnitud que tratarán de hallar los puntos dé coincidencia de una herencia cultural que tiene una b ase y un futuro comunes.Es necesario poner márgenes concretas a una discusión aparentemente tan amplia como puede ser la de El espacio cultural europeo, y el congreso que hoy se inicia en Madrid ha puesto esos límites. La organización del congreso ha previsto seis mesas redondas que se desarrollarán en los tres días que dura el encuentro.
El intercambio de opiniones y la redacción final de un documento que reúna un conjunto de ideas que eleven más allá de las fronteras geográficas y lingüísticas el deseo de los herederos de una cultura común, se presenta como el objetivo primordial de esta reunión.
La entrada en la Comunidad Económica Europea (CEE) de España y Portugal es saludada así con una fiesta del pensamiento. Un pensamiento libre, defensor de sus diferencias pero principalmente de, lo que hace de ella un continente.
La intelectual italiana Maria Antonieta Macciochi, promotora de este congreso, se refiere a la "Europa diversa, no adversa", de Abelardo. Los invitados a este encuentro pertenecen a distintas corrientes del pensamiento moderno y provienen tanto de países del Este como del Oeste. Sin embargo, no asisten a este congreso como representantes oficiales de ningún Gobierno o asociación profesional. Su independencia en este contexto representa así, según ha querido la organización del encuentro, el pensamiento de miles de creadores y ciudadanos europeos.
La ceremonia de inauguración de este congreso se celebrará hoy a las 9 de la mañana y contará con la presencia de representantes de los patrocinadores. Tomarán la palabra Joaquín Leguina, presidente de la Comunidad de Madrid; Maria Antonieta Macciocchi, promotora de este encuentro; Carlo Ripa de Meana, comisario de la Comunidad Económica Europea para la Cultura; Maria Luisa Cassamagnago, vicepresidenta del Parlamento Europeo, en representación del presidente del mismo, Pierre Pfimlin, y un representante de la universidad Complutense.
Entre los objetivos de estas reuniones se encuentran los de concretar la formación de ciertos vehículos de difusión de esta cultura común, como la fundación de una universidad europea y una editorial que permita la difusión de ideas que profundicen en la tesis de una Europa culturalmente unida. En este sentido, se encuentra en elaboración una Historia de Europa escrita por los más destacados intelectuales del continente que se publicará simultáneamente en 12 países.
La iniciativa de realizar este congreso nació el año pasado tras la conclusión del primer congreso de este género, desarrollado en Venecia.
Sin fronteras
Este congreso produjo un documento firmado por 70 intelectuales que se propuso en primer término, establecer los puntos de coincidencia que pueden definir la identidad cultural europea. Entre los aspectos principales de esta declaración se mencionaron los límites de esta cultura común. "No reconocemos ninguna frontera que excluya de Europa a una parte de aquellos que participan y han participado en su cultura. En particular1spaña y Portugal que, evidentemente, forman parte de Europa", dice el texto. La decisión de realizar el segundo encuentro en Madrid se tomó a partir de este espíritu de integración de. todas las naciones europeas, muchos antes de que los dos países ibéricos fueron admitidos en la CEE.
La declaración de Venecia no pretende referirse exclusivamente a los problemas relativos a la distribución y difusión de los productos culturales europeos, sino que .puso especial acento en el hecho que los problemas sociales y políticos no pueden ser resueltos, o ser apropiadamente examinados sin la participación de los creadores y pensadores del continente.
"Pese a nuestro empeño en realizar este encuentro a favor de la unidad cultural europea, hemos encontrado algunos comentarios de diplomáticos del Este que han manifestado sus sospechas y rechazo de lo que llaman una provocación, al desarrollarse este encuentro justamente a los diez años de la firma del acuerdo de Helsinki", afirmó Maria Antonietta Macciochi ayer a este diario.
"Hemos sabido que el encuentro de intelectuales convocado en Budapest para estos días para discutir sobre, aspectos del acuerdo de Helsinki, ha sido finalmente prohibido. Queremos extender la invitación a intelectuales como Hans Magnus Enzensberger y Susan Sontag, que tenían previsto asistir a aquel encuentro, para que se reúnan con nosotros en el congreso de Madrid. Un encuentro libre en un país libre y democrático como España", manifestó la promotora del congreso.
Repaso de la historia y visión del futuro
La política, la historia, la ciencia, las artes y las comunicaciones serán las cinco áreas en que se establecerá la discusión en este congreso sobre El espacio cultural europeo, en el que la visión del futuro ocupará una parte importante de los debates. Tras la breve ceremonia de inauguración de esta mañana comenzarán las discusiones entre los intelectuales. Han sido invitados a asistir al encuentro profesores universitarios y diplomáticos. El inminente ingreso de España y Portugal en la Comunidad Económica Europea ha motivado que la primera sesión del congreso se dentro en una revisión de la historia de ambos países. El repaso de ,épocas trascendentales en la cultura de la península ibérica y su repercusión en el resto de Europa, así como una proyección al futuro de este continente, al acercarnos al fin de este siglo, son algunos de los aspectos que se expondrán durante la mañana de hoy. Dentro de esta sesión se tratará especialmente el tema de La universidad, con el fin de discutir la posibilidad de la creación de una universidad,europea.El extraordinario desarrollo de las ciencias en el presente siglo han dado a éstas un primer lugar en la atención de este congreso. Durante la segunda mesa redonda, esta tarde, se llevarán a cabo discusiones sobre los avances de la tecnología en, Europa, en respuesta a la desarrollada en otras partes del mundo. Se tratarán dentro de esta mesa redonda diversos temas relativos a la bioética como un punto especial de reflexión.
Mañana se reiniciará el debate bajo el título genérico de El espiritu de Europa. Las ponencias de los participantes cubren un campo tan amplio como el que propone el título de la mesa redonda, y de esta forma se hablará de definiciones sobre el europeísmo, de la nueva conciencia de Europa, de sus alternativas, y de su futuro.
Las amenazas que acechan a las democracias europeas, y en concreto la que se deriva del terrorismo internacional, serán analizadas en una mesa redonda. Dentro de la misma sesión se tomará como punto aparte en la discusión La democracia puesta a prueba.
Las artes en Europa darán también oportunidad a un amplio debate entre ponentes, que presentarán sus inquietudes sobre problemas de las distintas disciplinas artísticas y sobre la situación de las industrias culturales.
El viernes por la mañana se tratará de dar forma al Estatuto del intelectual en Europa, después de las ponencias que plantearán problemas como los de la libertad de expresión. Dentro de esta sesión se dará principal relevancia a la discusión sobre el cumplimiento de los acuerdos de Helsinki, diez años después.
La última mesa redonda, el sábado a mediodía, tratará ampliamente sobre Los mass-media, su situación actual y su proyección hacia el futuro.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.