La Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear, premio Nobel de la Paz en 1985.
La Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear (IPPNW) Me galardonada ayer en Oslo con el Premio Nobel de la Paz correspondiente a 1985. El presidente del Comité Nobel del Parlamento noruego, Egel Aarvik, fundamentó la decisión en "la importante tarea de información que a nivel mundial cumple dicha organización y en la creación de conciencia sobre las catastróficas secuelas de la guerra nuclear". "Esperamos que este premio contribuya a despertar a las dos grandes potencias", coincidieron en señalar los fundadores de la asociación galardonada al conocer la noticia.
En declaraciones posteriores, el presidente del comité amplió los motivos de la decisión señalando el carácter científico de los trabajos de la organización premiada, que se maneja con datos de la realidad médica más que apelando a factores emotivos. Esto es lo que la diferencia de otras organizaciones de carácter pacifista que trabajan por los mismos motivos y la otorga una mayor credibilidad.Estas características la permiten además una mayor capacidad de persuasión no sólo a nivel de la opinión general en cada país, sino entre los líderes de las grandes potencias, sobre los cuales recae, en última instancia, la mayor responsabilidad en las decisiones conducentes a preservar la paz.
[Los dos fundadores y copresidentes de la asociación, el norteamericano Bernard Lown, de 61 años, y el soviético Evgeni Chazov, de 56, expresaron ayer en Ginebra, donde asisten a una reunión de la Organización Mundial de la Salud (OMS), su satisfacción por el premio, con la esperanza de que contribuya a "despertar" a las grandes potencias, informa France Presse. Ambos señalaron que la guerra nuclear es "la mayor amenaza que hoy existe para la salud de la humanidad"
"Ahora los norteamericanos tienen una oportunidad maravillosa y espero que mi país tome esa iniciativa y acabe con las pruebas nucleares para siempre", dijo Lown. "La pelota está en el campo del presidente Reagan, en lo que se refiere a acabar con las experiencias nucleares", añadió el cardiólogo norteamericano. "La Unión Soviética ya ha dado un primer paso poniendo fin a los ensayos nucleares. Una moratoria estadounidense significaría el inicio del fin de la carrera de armentos nucleares".
Chazov, por su parte, aseguró que se trataba, "sobre todo, de una recompensa para decenas de miles de médicos que trabajan en cerca de 50 países con sistemas culturales y políticos distintos".
Biografías brillantes
Tanto Chazov como Lown se encuentran entre los más eminentes cardiólogos del mundo. El primero es miembro de la Academia de las Ciencias de la URSS desde 1979 y director general del Centro de Investigaciones Cardiológicas de Moscú. Como director del hospital del Kremlin, Chazov ha sido médico personal de los últimos dirigentes soviéticos.
El norteamericano Lown es profesor de cardiología en la universidad de Harvard (EE UU). Pionero en la investigación en cardiología sobre la muerte súbita, introdujo la lidocaína, un médicamento que luego se ha generalizado para el control de los problemas del ritmo cardiaco. Sus últimos trabajos demuestran la influencia de los factores psicológicos en el funcionamiento del corazón. Lown presidió en 1974-1975 la Asociación de Amistad de los Médicos de EE UU y China. Ha sido igualmente coordinador de los estudios soviéticonorteamericanos sobre afecciones cardiovasculares.]
El Comité Nobel invitará a ambos profesores a la entrega del premio Nobel, que se celebrará en Oslo el próximo 10 de diciembre, día del aniversario de la muerte de Alfred Nobel.
La decisión del Comité Nobel fue recibida con satisfacción general y también con sorpresa, ya que la organización no había sido mencionada en las especulaciones previas como posible destinataria del premio y entre los dirigentes de la misma no existía esperanza de obtenerlo. En medios de la OMS, que se halla reunida en Ginebra estos días, la noticia fue recibida también con evidente satisfacción.
El presidente de la filial sueca, Lars Engstedt, que también se encuentra en Ginebra, señaló que la distinción recibida dará nuevo estímulo a los trabajos de la organización.
La sección española
Por su parte, el doctor Pedro Zarco, presidente de la sección española de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear, manifestó ayer a EL PAÍS su satisfacción por la concesión del Premio Nobel de la Paz a esa institución.
"Supone para nosotros un espaldarazo que esperamos sirva como presión sobre Reagan y Gorbachov para que en sus conversaciones de Ginebra logren un acuerdo en el camino de la reducción o la supresión de las armas nucleares", declaró el doctor Zarco. Como primera medida, opina que el presidente norteamericano debe aceptar la moratoria propuesta por el líder soviético.
La sección española de la premiada organización cuenta con unos 100 médicos y carece de cualquier ayuda institucional. "Los Gobiernos no nos hacen ni caso, aunque espero que ahora se nos tenga en cuenta un poco más", señaló el doctor Zarco.
Para Zarco, madrileño de 56 años y jefe del departamento cardiopulmonar del Hospital Clínico de Madrid, es normal que los médicos se ocupen de la lucha contra el holocausto nuclear: "El juramento hipocrático nos impone trabajar por la salud de los hombres".
Más de 40 filiales y cerca de 150.000 miembros
La Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear (IPPNW) fue fundada hace cinco años por iniciativa de dos cardiólogos -un norteamericano, el profesor Bernard Lown, y su colega soviético Evgeni Chazov- en una reunión celebrada en Ginebra con otros médicos. La idea se extendió rápidamente a otros países y se estima que en la actualidad existen más de 40 filiales, con cerca de 150.000 miembros.Sin embargo, sea por falta de medios o por el carácter un tanto espontáneo que ha tenido, la organización no ha podido crear una infraestructura organizativa que coordine estrechamente las tareas a nivel internacional, aunque sí se mantiene entre sus miembros una fluida corriente de contactos e intercambio de informaciones.
El premio, dotado con unos 35 millones de pesetas, permitirá no solamente subsanar estas carencias, sino también poner sobre el tapete la importancia de la organización y el carácter de sus trabajos.
En Suecia, el 25% de los médicos del país (unos 6.000) y 2.000 estudiantes de medicina están asociados a la IPPNW. Periódicamente realizan reuniones regionales y algún congreso nacional con vistas a difundir informaciones sobre el tema de la guerra nuclear y sus consecuencias. Actividades similares se llevan a cabo en el resto de las filiales de la citada organización. También se realizan campañas a nivel internacional para despertar conciencia sobre la irracionalidad de destinar enormes cantidades de dinero a las armas en un mundo cada vez más deprimido en el cuidado de la salud.
La labor de esta organización ha sido comparada a la que desarrolla el Instituto de Investigación de la Paz Internacional, de Estocolmo (SIPRI), aunque aplicada al aspecto concreto de los efecto de una guerra nuclear sobre la salud.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.