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Howe asegura que el Reino Unido quiere una relación constructiva con la URSS, pero "no a cualquier precio"

ENVIADO ESPECIAL El secretario del Foreign Ofrice, sir Geoffrey Howe, manifestó ayer que el Reino Unido "desea una relación constructiva con la Unión Soviética", pero advirtió que esa relación no se debe conseguir "a cualquier pre»cio". Howe, que aprovechó su intervención en el plenario del congreso anual del Partido Conservador, que se clausura hoy en Blackpool, para trazar las líneas maestras de la actual política exterior británica, añadió que en sus conversaciones con el ex ministro de Exteriores soviético Andrei Gromiko, primero, y en sus dos entrevistas de este año con su sucesor, Edvard Shevardnadze, había tratado de presentar con toda claridad el punto de vista británico en el tema de la paz y el desarme. "La paz sólo puede ser asegurada por la fuerza de la persuasión, y no por la persuasión de la fuerza", dijo Howe.

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El responsable de la política exterior británica dio la bienvenida a las propuestas soviéticas sobre desarme, que han significado "un paso hacia adelante", pero añadió que estas "contrapropuestas deben ser examinadas con todo cuidado y sin hacerse ilusiones". "Occidente debe tener cuidado en no negociar un acuerdo que entronice para siempre una ventaja soviética", dijo.Con relación a la invitación realizada por el líder soviético Mijail Gorbachov, en París, de negociar una reducción del arsenal nuclear independiente de Francia y el Reino Unido, Howe reiteró las dos condiciones puestas por el Gobierno británico para aceptar esa negociación. El Reino Unido estaría dispuesto a reconsiderar su posición, siempre que Estados Unidos y la Unión Soviética acuerden una reducción "muy sustancial" de sus armas estratégicas ofensivas y siempre también que la capacidad defensiva soviética no sufra alteraciones significativas.

"Este Gobierno quiere asegurar la paz y la seguridad para el pueblo del Reino Unido y por eso un deseo genuino por parte de la URSS de servir la causa de la paz encontraría una respuesta inmediata por nuestra parte", manifestó Howe.

Para el secretario del Foreign Office, la mejor perspectiva para conseguir unas relaciones estables entre el Este y el Oeste radica en "un cambio pacífico en los países de Europa oriental". "Nosotros, en el Oeste, no debemos nunca olvidar que al mantener vivo el faro de la libertad estamos suministrando esperanza, inspiración y coraje a los pueblos de Europa oriental", añadió.

En otro momento de su intervención, Howe hizo un encendido canto a la unidad europea y recordó la visión de Winston Churchill, cuando el viejo león declaró: "Si Europa se uniera una vez para compartir su herencia común, no existiría límite a la felicidad, prosperidad y gloria de sus 300 o 400 millones de habitantes". Y a este respecto, recordó que Europa significaba algo más que "el mero comercio libre o, incluso, el éxito económico". "Europa es una unidad a través de la cual 12 naciones pueden ejercer su poder e influencia para reforzar la democracia en todas las partes del mundo", manifestó.

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El problema de Gibraltar

En este momento, Howe dio la bienvenida al congreso al presidente de Alianza Popular y líder de la oposición española, Manuel Fraga Iribarne, que mañana se dirigirá al plenario, y manifestó que España y el Reino Unido pueden "sentirse orgullosos de haber podido llegar a una posición de cooperación para resolver nuestras diferencias sobre Gibraltar, que respete los deseos de sus habitantes".

La declaración de Howe puede interpretarse como un paso adelante en la negociación gibraltareña, ya que hasta ahora el Gobierno británico había hablado siempre de los "derechos" de los habitantes de Gibraltar y no de los "deseos".

Con relación a Suráfrica, Howe condenó el sistema de apartheid practicado por el régimen de Pretoria, pero reiteró la oposición del Gobierno británico a la imposíción de sanciones económicas o comerciales. "El Partido Conservador detesta la discriminación racial allá donde se practique. Esta conferencia condena el apartheid. Tiene que producirse un cambio sustancial en Suráfrica, pero un cambio pacífico, un cambio sin violencia". Para Howe, las sanciones económicas "disminuirían, en lugar de incrementar, las posibilidades de conseguir los cambios fundamentales necesarios en Suráfrica".

En otros dos debates sobre temas candentes de la actualidad británica, los ministros del Interior, Douglas Hurd -un diplomático Profesional nombrado para el cargo en la última reorganización ministerial-, y de Empleo, lord Young, también un recién llegado al Gabinete, disertaron sobre los temas de orden público y de creación de puestos de trabajo.

En el primero de estos temas, Hurd se refirió a los últimos incidentes raciales registrados en varias ciudades del país, incluida Londres, y anunció el envío al Parlamento de una nueva ley de orden público, con penas más severas para los responsables de promover disturbios, desórdenes violentos y alteraciones de la paz.

Hurd expresó su convicción de que "unas malas condiciones de habitabilidad, un alto índice de desempleo y unas condiciones sociales adversas, que son males en sí mismos, no justifican la comisión de crímenes". En los últimos incidentes raciales, un policía fue asesinado a machetazos y otro sufrió heridas de gravedad por arma de fuego.

Después de afirmar que en otros tiempos se podía perdonar que un hombre robara para alimentar a su familia, Hurd dijo que "no es precisamente la pobreza la que lleva a la gente a incendiar las oficinas de Correos, a saquear las tiendas de electrodomésticos y a atacar a la policía".

Manifestaciones

Momentos antes de comenzar la sesión de tarde del congreso, una manifestación de estudiantes llegados de varias partes del país, acompañados por secciones locales de los Partidos Laborista y Anarquista, con banderas rojas desplegadas, se paseó durante cerca de media hora frente a la entrada del congreso, a los gritos de "Maggie, out" (Margarita, fuera) y "Tories, out" (conservadores, fuera). La manifestación fue fragmentada en varias partes por la policía a caballo y tuvo que desfilar entre dos impresionantes cordones de agentes del orden situados a cada lado.

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