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El bombardeo israelí apacigua, el duelo verbal entre Libia y Túnez

El bombardeo de la aviación israelí contra el cuartel general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), en la localidad tunecina de Hammam-Plage, ha paralizado de momento la escalada de agresiones verbales entre Libia y Túnez, que, según fuentes occidentales, estaba poniendo en peligro la zona y podía transformarse en breve en un conflicto armado. El cese de insultos no supone el fin de las hostilidades, pero es interpretado por estos medios como "un intento de mejorar el deteriorado clima existente". La Prensa árabe continuó manifestando unánimemente su condena al ataque israelí y al apoyo dado por la Casa Blanca.

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El régimen de Trípoli, encabezado por Muaminar el Gaddafi, fue uno de los primeros países en solidarizarse con Túnez y poner a su disposición "toda su fuerza y Ejército" tras la agresión israelí del martes pasado.Pese a ello, los dos Gobiernos vecinos mantienen sus ejércitos en estado de alerta concentrados a ambos lados de la frontera y Libia continúa, aunque sin darle gran publicidad, la expulsión de trabajadores tunecinios que, tras los 53 últimos del miércoles pasado, sitúa la cifra de expulsados en 30.096 desde que el pasado 4 de agosto se iniciaran las desavenencias.

La agresión israelí contra las instalaciones palestinas en Túnez no sólo ha conseguido paralizar el intercambio de agresiones verbales entre los regímenes del coronel Gaddafi y del anciano Habib Burguiba, sino que ha situado a Túnez en una condición inmejorable para intentar restablecer el diálogo al menos entre algunos países árabes enfrentados.

Informaciones obtenidas por este periódico aseguran que el primer ministro tunecino, Mohamed Mzali, uno de los más firmes candidatos a sustituir a Burguiba, mantuvo el martes pasado, a las 10 de la noche, una conferencia telefónica de media hora con el presidente egipcio Hosni Moubarak, en el curso de la cual este último le transmitió, siempre según las fuentes informantes, no sólo la solidaridad de su Gobierno ante el ataque israelí sino que le dijo qu "Egipto se situaba al lado de Túnez para hacer frente al terrorismo sionista".

"Hechos novedosos"

El propio Mzali, en declaraciones previas al ataque israelí y en relación con su reciente viaje a Argelia, país al que devolvió con su visita el apoyo que viene prestando al Gobierno tunecino en su conflicto con Libia, ya había manifestado que entre Túnez y Egipto se estaban produciendo "hechos novedosos" y apoyaba su afirmación en que consideraba que ambos países habían sido objeto de una misma agresión libia al haber expulsado Trípoli a sus trabajadores Hay observadores que estiman que la posición de fuerza que ha mantenido Mzali en las últimas se manas ante el conflicto libio ha contado no sólo con apoyo argelino, sino también de El Cairo, lo que es síntoma ya, junto a las declaraciones antes citadas y la conversación telefónica del martes, de que se pretende entre ambos Gobiernos iniciar un deshielo en las relaciones, como primer paso para plantear la posible vuelta de Egipto a la Liga de Estados Árabes, cuya sede está en Túnez y su secretario general es el tunecino Chadli Kibli.

Junto a estos dos factores, existe un tercero que aunque ha pasado desapercibido por los acontecimientos, es considerado en este país también como un síntoma de los intentos que desde diferentes países del área se vienen haciendo para establecer un diálogo en el enfrentado mundo árabe. Se trata de la visita relámpago que ha realizado a Túnez horas después del bombardeo el primer ministro marroquí, Karim Lamrani.

Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores tunecino aseguraron que Lamrani, acompañado de una importante delegación, ha viajado a Túnez, en nombre del rey Hassan II para insistir en el papel de mediador que puede desempeñar Marruecos en el conflicto libio-tunecino.

La jornada de ayer en Túnez fue de absoluta calma. Los brotes de manifestaciones en las ciudades contra el ataque israelí y la posición norteamericana fueron más reducidos que los del miércoles.

El Gobierno tunecino, que celebró ayer una reunión de trabajo ordinario, bajo la presencia de Burguiba, se mantuvo expectante ante lo que sucedía en la ONU, donde Túnez consiguió convocar el Consejo de Seguridad.

Al mismo tiempo, se seguía esperando una rectificación por parte de Estados Unidos de su posición sobre el ataque israelí, que considera "negativa e inesperada" ante un "acto de terrorismo de Estado contrario a todas las reglas y normas del derecho internacional, así como contra la carta de la ONU".

La embajada norteamericana en Túnez desmintió ayer que la Sexta Flota, estacionada en el Mediterráneo, hubiera prestado apoyo a los aviones israelíes, como había denunciado Yassir Arafat.

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