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Avances en Ginebra

La Unión Soviética plantea "soluciones drásticas"

Pilar Bonet

La URSS planteó ayer "soluciones drásticas" a todos los problemas que se discuten en las conversaciones sobre control de armamentos nucleares y espaciales de Ginebra, según manifestó el jefe de la delegación soviética en dichas negociaciones, Viktor Karpov. No obstante, el Kremlin mantuvo ayer un hermetismo total sobre las "propuestas concretas" presentadas a Estados Unidos a escasas semanas de la cumbre que deberán mantener el presidente norteamericano, Ronald Reagan, y el líder soviético, Mijail Gorbachov, el próximo noviembre, en Ginebra.

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Una escueta nota de tres líneas de la agencia oficial Tass era toda la información facilitada hasta ayer por la noche en la capital soviética sobre la reunión plenaria soviético-norteamericana convocada a petición de Moscú, en el marco de las conversaciones sobre control de armas nucleares que se celebran en la ciudad helvética. Tass se limitaba a señalar que la sesión plenaria se había celebrado, sin aportar más datos.En esta sesión, Viktor Karpov presentó formalmente a sus interlocutores estadounidenses las propuestas soviéticas que el ministro de Asuntos Exteriores, Edvard Shevardnadze, dio a conocer el pasado viernes al presidente Reagan. Shevardnadze, que regresó desde Washington a Moscú el domingo, volará mañana a París en compañía de Mijail Gorbachov.

Informaciones de la prensa norteamericana señalaban que las propuestas soviéticas, a cuya existencia se refirió la Prensa del pasado fin de semana en Moscú, ofrecen reducciones de un 51% en los arsenales estratégicos de la URSS a cambia del abandono de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI)por parte de EE UU. Otras fuentes señalan, sin embargo, que el objeto de la reducción ofrecida por la URSS no está tan claro y que el 50% que se baraja podría referirse no sólo a los cohetes balísticos intercontinentales con base en tierra (ICBM),sino también a cohetes de alcance medio como los SS-20. El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, manifestó el pasado fin de semana en Washington que la oferta soviética sólo podía ser considerada si se refería a los ICMB.

Observadores occidentales en Moscú opinan que la aceptabilidad de la propuesta soviética, que constituye ya un éxito propagandístico, dependerá de los términos concretos en que esté formulada y de las garantías de cumplimiento de la misma. Si Moscú ofrece realmente un 50% de reducción en sus arsenales estratégicos y la oferta puede ser identificada coma seria, a Reagan le será muy difícil mantener ante sus aliados europeas la inestabilidad de la SDI, el proyecto de creación de un sistema de defensa antimisiles, según señalaba un diplomático occidental.

Todos los esfuerzos soviéticos en materia de desarme están hoy concentrados en impedir el avance del proyecto S DI, de la misma manera que en el pasado estuvieron dirigidos a evitar la instalación de los misiles de alcance medio norteamericano en Europa Occidental. La diferencia entre una campaña y otra es que los misiles Pershing y de crucero eran una realidad, y su instalación un proyecto mucho más inmediato que la SDI, que se encuentra ahora en su primera fase experimental.

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El comienzo de la instalación de los cohetes norteamericanos en Europa Occidental provocó en el otoño de 1983, en tiempos de Yuri Andropov, la interrupción de las

conversaciones soviético-norteamericanas sobre armas de alcance medio y estratégicas, respectivamente. Ahora, con Gorbachov como máximo dirigente de la URSS, Moscú insiste en que el proyecto SDI amenaza el éxito de las negociaciones soviético-norteamericanas de Ginebra sobre limitación armas nucleares que se iniciaron en marzo y que se encuentran ahora en su tercera ronda, sin resultados apreciables.

En un comentario de la agencia oficial Tass, se acusaba a Estados Unidos de continuar "obstaculizando" los logros en materia de limitación de armamento alcanzados por los dos países en el pasado. Tass calificaba de "enfoque obstruccionista" el intento norteamericano de lograr limitaciones en los arsenales soviéticos mientras continúa, simultáneamente, con el programa de la guerra de las galaxias. Insistía la agencia en que la SDI es "incompatible" con el Tratado de Limitación de Defensas Antimisles (ABM) firmado por los dos países en 1972 y su protocolo adjunto de 1974. Asimismo, Tass señalaba que EE UU trata de "obligar" a sus aliados a convertirse en participantes de la violación de acuerdos internacionales.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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