El desorganizado rescate de las víctimas del terremoto mexicano dificulta la labor de los bomberos españoles
Informes contradictorios del Gobierno mexicano sobre el número de muertos y la intransigencia de algunas autoridades policiales y aduaneras han dificultado el rescate y puesto de manifiesto la desorganización causada por el terremoto. Los bomberos especializados españoles fueron de un lado para otro el jueves, su primer día en la capital mexicana. Primero les mandaron a un hotel destruido en la colonia Roma, donde les dijeron que no hacían falta. Después acudieron a la unidad habitacional Benito Juárez, sin que pudiesen trabajar. Finalmente, iniciaron sus tareas en otro lugar de la ciudad, donde había ya una brigada norteamericana.
El periódico Excelsior denunció ayer las posturas de los aduaneros mexicanos con el calificativo de "aduaneros sin criterio". Según Excelsior, los funcionarios decomisaron el material de los bomberos españoles y no querían dejarlo pasar. El periódico, tras citar al coordinador jefe del grupo, afirmó: "Es increíble que hubieran sido confundidos con simples contrabandistas y que las autoridades los hubieran considerado como delincuentes, cuando lo que pretendían era colaborar en las tareas de rescate".Más drástica fue la postura tomada por los equipos de rescate de la República Federal de Alemania, que, sencillamente, decidieron marcharse a casa tras unas explosivas declaraciones del jefe de la expedición. Los especialistas de la RFA denunciaron la "falta de coordinación", el trabajo "sin garantías" y la existencia de "diferencias graves" con la tropa y la policía de la capital mexicana.
El jefe de equipo alemán de rescate, Hermann Gruter, había declarado en un hotel de la capital que "pudieron haberse salva do más personas de entre los escombros si se hubiera logrado una mayor coordinación con la tropa y la policía". Gruter añadió, según Excelsior, que los ale manes decidieron retirarse por la fata de coordinación, la insalubridad y otros graves fallos.
El choque de mentalidad y comprensión entre los organizados teutones y los policías mexicanos parecía inevitable. El embajador de la RFA, Heinz Dittmann, afirmó en conferencia de prensa que las declaraciones de Gruter habían sido desagradables, criticó que no supiera una palabra de español y dijo que había trabajado largo tiempo en las tareas de rescate, lo que explicaría sus declaraciones. Agregó que la partida de los especialistas estaba prevista y que las posibilidades de rescate se hacían cada vez más remotas.
La postura del Ejército y policía resulta hiriente para la visita. Mientras en las ruinas centenares de personas se dedican a desescombrar, los militares y policías se pasean en tareas de vigilancia, toman refrescos y comen.
Guerra de cifras
Un síntoma de la desorganización es la guerra de cifras que parece haber llegado incluso hasta las esferas mismas del poder. El jueves por la noche (hora local), el subsecretario de Gobernación, Fernando Pérez Correa, declaró ante la Prensa extranjera que hasta ahora se llevan levantadas actas de defunción de 1.840 cadávares. Ante las insistentes preguntas de los periodistas, el subsecretario insistió en su fuente, en el concepto de cadáver enterrado con un acta de defunción y calificó de conjeturas otros cálculos. El mismo funcionario, el viernes, día siguiente al terremoto, había dado la cifra de 2.000 muertos. El presidente de la República, Miguel de la Madrid, habló de 3.000 con certeza. La misma noche del jueves, en la televisión, el jefe del Departamento del Distrito Federal, Ramón Aguirre, habló de más de 4.000 muertos. El embajador norteamericano en México, John Gavin, insiste en su cálculo de alrededor de 10.000 muertos.La población ha recibido informaciones contradictorias sobre la necesidad de vacunarse contra el tétano y el tifus.
[El comité pro-damnificados de México de España está organizando un gran festival que se celebrará entre los días 25 y 29 de octubre en el Palacio de los Deportes de Madrid y cuyo programa se anunciará la próxima semana. Las entradas se pondrán a la venta en una entidad bancaria.]
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