Los pobres cálculos del señor Solchaga

Como miembro de un matrimonio en el que trabajamos ambos me temía algún invento como el que el Ministerio de Hacienda ha sacado. El refrán: somos más papistas que el Papa, ha vuelto a tener aplicación hablando de nuestro país.España se ha incorporado tarde a muchas cosas: democracia, tecnología, pensamiento, etcétera; pero cuando nos incorporamos, en muchos casos, nos encontramos con la escondida figura del listo de turno, que pretende enmendar la plana al resto del la humanidad para que no le acusti de copia.

Lo de la fórmula polinómica del equipo Solchaga-Boyer es ganas de ponerle una mantelería de encaje a la consola de un ordenador. Es un invento, pero pobre.

Lo de limitar la deducción máxima a 300.000 pesetas es simplemente una estafa. El límite máximo lo obtienen separándose un matrimonio con dos sueldos de 2.400.000 pesetas brutas cada uno (y cada año, con la subida de tipos y sueldos, cada vez peor).

La miopía de ambos ministros (Solchaga-Boyer) es que hacen una corrección para no gravar indebidamente a un matrimonio respecto a la misma pareja viviendo juntos, pero no casados. Sin embargo, deciden unilateralmente que no deben beneficiarse en más de 300.000 pesetas aunque por justicia comparativa tengan derecho a ello.

Su línea de razonamiento ni siquiera es técnica, es de contabilidad del pincho: que se beneficien, pero sólo un poco, y así no protestarán.

Señor Solchaga, usted ha incumplido el programa electoral de su partido. El problema sigue siendo constitucional.- Economista.